El LDL es la bestia negra de nuestras arterias, pero la ciencia le está restando protagonismo para dárselo a las partículas de triglicéridos. La alimentación es crucial para controlar los lípidos, aunque no vale cualquier régimen.
La enfermedad cardiovascular es, de largo, la causa principal de defunción en Europa, con casi 4 millones de muertes al año, suponiendo el motivo del 45% de los fallecimientos que ocurren en nuestro continente cada año.
La posibilidad de que tengamos un infarto, un ictus o una trombosis se ha relacionado desde hace muchos años con nuestro colesterol LDL, el malo que decimos, el colesterol asociado a lipoproteínas de baja densidad, que es lo que significa.
Pues bien, el humano ha inventado fármacos y estrategias que bajan muy efectivamente ese colesterol LDL.¿Hemos conseguido acabar, por tanto, con la enfermedad cardiovascular? Está claro que no.
En este artículo queremos comentar en qué punto está la ciencia ahora mismo, qué sabemos con respecto a la relación entre nuestros lípidos sanguíneos -las grasas que circulan por nuestra sangre unidas a determinadas partículas (como nuestro LDL, por ejemplo)- y el riesgo cardiovascular. También comentaremos qué ‘peligros’ asociados a esto pueden estar ocultos detrás de lo que, mayoritariamente, entiende la población como medidas de estilo de vida muy saludables. En Neolife ponemos todo nuestro empeño en conocer lo último que la ciencia nos aporta y nos permita mejorar el estado de salud de nuestros pacientes. […].