Microbiota

La microbiota intestinal y su estrecha relación con diversas enfermedades

La microbiota intestinal juega un papel crucial en la salud general y está estrechamente relacionada con el desarrollo o la prevención de diversas enfermedades.

Cada vez contamos con más estudios que demuestran que el desequilibrio en la microbiota intestinal, conocido como disbiosis, puede estar asociado con varias condiciones de salud y que no sólo afecta al sistema digestivo, sino que incluso puede favorecer el desarrollo de enfermedades metabólicas, autoinmunes y neurológicas.

Estefanía Álvarez – Unidad de Nutrición Neolife


Microbiota intestinal

La microbiota intestinal es el conjunto de microorganismos que habitan en el tracto gastrointestinal de los seres humanos. Estos microorganismos incluyen principalmente bacterias, pero también hongos, virus y arqueas. Juega un papel crucial en la salud humana y está compuesta por trillones de microorganismos que coexisten en un equilibrio dinámico, es por ello que un desequilibrio en su composición puede favorecer el desarrollo de diferentes enfermedades:

Enfermedades gastrointestinales

  • Síndrome del intestino irritable (SII): el SII está asociado con alteraciones en la composición de la microbiota intestinal. La disbiosis puede contribuir a la inflamación leve y a la motilidad intestinal anormal, exacerbando síntomas como dolor abdominal, distensión y cambios en el hábito intestinal.
  • Enfermedad inflamatoria intestinal (EII): esta categoría incluye la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa. La disbiosis, con una disminución en la diversidad bacteriana y un aumento de bacterias patógenas, puede agravar la inflamación crónica que caracteriza estas enfermedades.
  • Cáncer colorrectal: un desequilibrio en la microbiota intestinal puede aumentar el riesgo de cáncer colorrectal al promover la inflamación crónica y la producción de metabolitos cancerígenos por parte de ciertas bacterias.

Enfermedades metabólicas

  • Obesidad: la microbiota intestinal influye en el metabolismo energético y en la inflamación. Se ha observado que personas con obesidad suelen tener una menor diversidad de bacterias intestinales y un aumento de bacterias que extraen más calorías de la dieta.

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  • Diabetes tipo 2: La disbiosis intestinal puede contribuir a la resistencia a la insulina y a la inflamación sistémica, factores clave en el desarrollo de la diabetes tipo 2. Algunos estudios han demostrado que personas con diabetes tipo 2 tienen un perfil bacteriano distinto al de personas sanas.
  • Síndrome metabólico: Este conjunto de condiciones, que incluye hipertensión, hiperglucemia, exceso de grasa abdominal y niveles anormales de colesterol, está asociado con alteraciones en la microbiota intestinal que promueven la inflamación crónica y la disfunción metabólica.

Enfermedades autoinmunes

Enfermedades como la Esclerosis Múltiple, el Lupus y la Artritis Reumatoide: Se ha sugerido que la disbiosis podría influir en la activación del sistema inmunológico de manera inapropiada, lo que contribuye a la aparición y progresión de enfermedades autoinmunes. La microbiota puede interactuar con el sistema inmunológico, alterando la tolerancia inmunitaria y promoviendo la inflamación.

Enfermedades neurológicas

Trastornos del Espectro Autista (TEA): Se ha observado una relación entre alteraciones en la microbiota intestinal y los síntomas del autismo, posiblemente a través del eje intestino-cerebro, que conecta la función gastrointestinal con el desarrollo y comportamiento neurológico.

Enfermedad de parkinson: La disbiosis intestinal ha sido asociada con la enfermedad de Parkinson, sugiriendo que las bacterias intestinales pueden influir en la neurodegeneración a través de mecanismos inflamatorios y neuroactivos.

Depresión y ansiedad: La microbiota intestinal influye en la producción de neurotransmisores y en la respuesta al estrés. Alteraciones en la microbiota se han relacionado con un mayor riesgo de desarrollar trastornos del estado de ánimo, como la depresión y la ansiedad.

Enfermedades Cardiovasculares

  • Aterosclerosis y enfermedad cardiovascular: la disbiosis puede contribuir a la enfermedad cardiovascular mediante la producción de metabolitos inflamatorios, como la trimetilamina-N-óxido (TMAO), que se ha relacionado con un mayor riesgo de aterosclerosis.

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  • Hipertensión: se ha sugerido que un desequilibrio en la microbiota intestinal podría estar relacionado con la regulación de la presión arterial, posiblemente a través de la modulación de la inflamación sistémica y del metabolismo de los ácidos grasos.
  • Alergias y asma
  • Alergias alimentarias: un microbioma desequilibrado en la infancia puede afectar el desarrollo del sistema inmunológico, aumentando el riesgo de desarrollar alergias alimentarias. La exposición temprana a una microbiota diversa puede ayudar a “educar” al sistema inmunológico para que tolere ciertos alimentos.
  • Asma: se ha propuesto que la disbiosis en la microbiota intestinal y pulmonar puede influir en la inflamación alérgica, contribuyendo al desarrollo del asma.

Enfermedades hepáticas

  • Enfermedad del hígado graso no alcohólico (EHGNA): la disbiosis puede contribuir a la acumulación de grasa en el hígado, a la inflamación y al daño hepático, favoreciendo la progresión hacia la esteatohepatitis no alcohólica (EHNA).

Es así como podemos concluir que la microbiota intestinal está profundamente interconectada con numerosos aspectos de la salud humana. Mantener una microbiota equilibrada mediante una dieta saludable, manejo del estrés, ejercicio regular y un estilo de vida equilibrado es clave para prevenir y manejar estas enfermedades. Desde Neolife, cuidamos la salud de la microbiota intestinal de nuestros pacientes y en casos necesarios, realizamos un test de microbiota


BIBLIOGRAFÍA

(1) Knight, R., Callewaert, C., Marotz, C., Hyde, E. R., Debelius, J. W., McDonald, D., & Sogin, M. L. (2017). The Microbiome and Human Biology. Annual Review of Genomics and Human Genetics, 18(1), 65–86.