Análogos de GLP-1: la revolución en el tratamiento médico-nutricional de la pérdida de peso

En los últimos años, el mundo de la medicina ha observado un avance significativo en el tratamiento de la obesidad y el manejo del peso corporal gracias al desarrollo de los análogos de GLP-1 (a-GLP1 en adelante). Estos fármacos, diseñados para imitar la acción del péptido similar al glucagón tipo 1 (GLP-1, una hormona natural que regula el apetito y el control de la glucosa), han emergido como una herramienta prometedora en la lucha contra la obesidad.

Esta enfermedad, que cursa con elevados niveles de grasa en el cuerpo, reconocida como una epidemia global, no solo afecta la calidad de vida de los individuos, sino que también aumenta el riesgo de numerosas enfermedades crónicas, incluyendo la diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer. En este contexto, los a-GLP1 representan una esperanza para muchos, ofreciendo una nueva estrategia terapéutica que va más allá de las tradicionales recomendaciones de dieta y ejercicio.

David Baeza – Unidad de Nutrición Neolife


 

Fundamentos Biológicos de los a-GLP1

El péptido similar al glucagón tipo 1 (GLP-1) es una hormona incretina que juega un papel crucial en la regulación de la homeostasis de la glucosa y el apetito en el cuerpo humano. Se produce en las células L del intestino delgado en respuesta a la ingesta de alimentos y tiene múltiples efectos fisiológicos.

Los miméticos de GLP-1, también conocidos como agonistas del receptor de GLP-1, son fármacos que imitan la acción de esta hormona natural. Estos agentes farmacológicos se unen a los receptores de GLP-1 en el páncreas y otros tejidos, replicando los efectos beneficiosos del GLP-1 endógeno. Al activar estos receptores, los miméticos de GLP-1 potencian la liberación de insulina en respuesta a los niveles elevados de glucosa, mejorando así el control glucémico.

La relación entre el GLP-1, el apetito y la regulación de la glucosa es un aspecto fundamental en la gestión del peso y el tratamiento de la diabetes tipo 2. El GLP-1 reduce el apetito y la ingesta de alimentos al actuar sobre los centros de saciedad en el cerebro, lo que conduce a una disminución en la ingesta y ayuda a la pérdida de peso. Además, su capacidad para mejorar la secreción de insulina y reducir la glucosa posprandial lo convierte en un agente terapéutico importante en el manejo de la diabetes tipo 2. Incluso con altos niveles de insulina en la sangre es posible alcanzar una reducción en el peso y en la masa grasa corporal. Este hecho reafirma, en medio de intensos debates sobre la relevancia de las calorías, la importancia fundamental de la termodinámica. Las calorías que omitimos en nuestra dieta emergen como factor determinante en la pérdida de grasa. Si bien el ambiente hormonal desempeña un rol indiscutible en este proceso, el balance calórico negativo es el que inclina la balanza hacia la pérdida de grasa.

 

Impacto en la pérdida de peso:

Los miméticos de GLP-1 ofrecen un enfoque terapéutico dual, centrado tanto en el control de la glucosa como en el manejo del peso, lo que los convierte en una opción valiosa para el tratamiento de pacientes con obesidad, diabetes tipo 2 y síndrome metabólico. Diversos estudios clínicos han demostrado su eficacia significativa en la pérdida de peso.

Un estudio clave en este campo es el ensayo SCALE (Satiety and Clinical Adiposity−Liraglutide Evidence) que evaluó el impacto de la liraglutida (liraglutide), un análogo de GLP- 1, en individuos con obesidad. Los resultados mostraron una reducción de peso notablemente mayor en los participantes tratados con liraglutide en comparación con aquellos que recibieron un placebo. Similarmente, otros estudios han demostrado que el uso de medicamentos como semaglutide y exenatide también resulta en una pérdida de peso significativa en pacientes con sobrepeso u obesidad, incluso en aquellos sin diabetes tipo 2.

La eficacia de los a-GLP-1 en la pérdida de peso se debe en parte a su capacidad para alterar el apetito y la ingesta de alimentos. Estos fármacos aumentan la sensación de saciedad y reducen el apetito al actuar sobre los receptores de GLP-1 en el cerebro, lo que lleva a una disminución en la ingesta calórica. Además, al ralentizar el vaciamiento gástrico, contribuyen a prolongar la sensación de plenitud después de las comidas, lo que ayuda a reducir el consumo de alimentos y facilita el control de las porciones.

Más allá de las funciones conocidas de los a-GLP-1 en la reducción del apetito y el mejoramiento del control glucémico, estos fármacos tienen un papel interesante en la modulación de la conducta alimentaria. Se ha observado que pueden influir en las vías cerebrales relacionadas con la recompensa y la gratificación que se activan con la ingesta de alimentos. Esto significa que, además de disminuir la sensación de hambre, los miméticos de GLP-1 pueden reducir el deseo compulsivo de comer (conocido comúnmente como ‘antojos’) y la tendencia a comer por razones emocionales o psicológicas, y no solo por necesidad física. Estos efectos sobre la conducta alimentaria se deben a la interacción con áreas del cerebro como el hipotálamo y el sistema límbico, que son cruciales en la regulación del apetito y las emociones. Por ejemplo, al afectar a la actividad en el hipotálamo, los a-GLP-1 no solo señalan saciedad, sino que también pueden ajustar la programación del cuerpo para anticipar menos ingesta de alimentos, lo que podría llevar a una reducción natural de la cantidad de comida consumida.

Además, al influir en el sistema de recompensa del cerebro, estos medicamentos pueden atenuar el placer asociado con la comida, lo cual es particularmente útil para individuos que encuentran dificultades en resistir ciertos tipos de alimentos altamente palatables pero poco saludables. Este mecanismo puede ser un componente clave en la prevención del ciclo de atracones y restricciones, que a menudo sabotea los esfuerzos por mantener un peso saludable. Por tanto, los a-GLP-1 actúan en diversos frentes en el contexto del manejo del peso: disminuyen el apetito, retardan el vaciamiento gástrico, mejoran el control de la glucosa y modulan la psicología del comer, contribuyendo a una relación más saludable con la comida y un mejor manejo del peso a largo plazo.

Análogo de GLP-1Nombre ComercialVida MediaFunciones PrincipalesAspectos Interesantes
LiraglutideVictoza13-14 horasEstimula la secreción de insulina, inhibe el glucagón, retarda el vaciamiento gástrico, reduce el apetito.Utilizado en la gestión del peso y diabetes tipo 2; puede mejorar el control glucémico.
SemaglutideOzempic1 semanaSimilar a Liraglutide, con una mayor duración que permite dosificación semanal.Eficaz en el control a largo plazo de la glucosa en sangre y la pérdida de peso sostenida.
ExenatideByetta/Bydureon

2.4 horas (Byetta)

/ 2 semanas (Bydureon)

Aumenta la secreción de insulina, disminuye la secreción de glucagón, retarda el vaciamiento gástrico.Disponible en dos formulaciones con diferentes vidas medias para una dosificación flexible.
DulaglutideTrulicity4.7 díasFunciones similares a Liraglutide, con una dosificación semanal.Su administración semanal mejora la adherencia al tratamiento en comparación con inyecciones diarias.

 

Perspectiva Médico-Nutricional:

Desde una perspectiva médico-nutricional, la integración de los a-GLP-1 en los planes de tratamiento para la pérdida de peso representa un enfoque 360º y multidimensional. Los profesionales de la salud, incluyendo médicos y nutricionistas, reconocemos la importancia de combinar estos fármacos con estrategias dietéticas para maximizar su eficacia y asegurar unos resultados sostenibles en la pérdida de peso.

La prescripción de a-GLP-1 se realiza estrictamente como parte de un programa de manejo del peso que incluye, como base del programa, el asesoramiento nutricional personalizado y un plan de actividad física. La dieta recomendada suele ser balanceada y rica en nutrientes, baja en calorías y equilibrada en términos de macronutrientes (carbohidratos, proteínas y grasas), con un énfasis particular en la ingesta adecuada de fibra y proteínas y, como complemento, la acción de los a- GLP-1 en la reducción del apetito, el control de la ingesta de alimentos y la mejora del perfil metabólico y psicológico general del paciente. El ejercicio regular, tanto aeróbico como de resistencia/fuerza, es otro componente crucial del tratamiento. La actividad física mejora la sensibilidad a la insulina, complementando así la acción de GLP-1 en el control de la glucemia. Además, el ejercicio contribuye a la pérdida de peso al aumentar el gasto energético y promover la preservación o el aumento de la masa muscular.

En cuanto a las consideraciones dietéticas específicas cuando se utilizan estos fármacos, es importante tener en cuenta que pueden causar efectos secundarios gastrointestinales como náuseas, vómitos y diarrea, especialmente al inicio del tratamiento. Por ello, siempre se recomiendan una progresión gradual en la dosificación del medicamento y puede haber ajustes en la dieta, como la ingesta de comidas más pequeñas y frecuentes y evitar alimentos que puedan exacerbar estos síntomas.

 

En resumen:

Estos fármacos han emergido como una herramienta terapéutica revolucionaria en el manejo del peso y el tratamiento de la obesidad. Los estudios han validado su eficacia, no solo en la reducción del peso corporal, sino también en la mejora de varios parámetros metabólicos, lo que los hace particularmente valiosos para pacientes con obesidad y comorbilidades como la diabetes tipo 2, el síndrome metabólico y la incapacidad por el control dietético en pautas hipocalóricas.

Mirando hacia el futuro, se espera que los a-GLP-1 continúen desempeñando un papel importante en el campo de la endocrinología y la nutrición, especialmente a medida que se profundiza nuestra comprensión de su mecanismo de acción y se descubren nuevas aplicaciones terapéuticas. Sin embargo, es esencial reconocer que su máxima eficacia se logra dentro de un enfoque integral de tratamiento que incluye una dieta balanceada, ejercicio regular y un monitoreo constante por parte de profesionales de la salud.

Este enfoque integral, que combina medicación, nutrición y cambios en el estilo de vida, no solo facilita la pérdida de peso efectiva y sostenible, sino que también promueve una mejora general en la salud y el bienestar. Por lo tanto, los GLP-1, aunque potentes, son solo una pieza del rompecabezas en la gestión integral de la obesidad y deben utilizarse como parte de un plan más amplio de cuidado de la salud.

 


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