Antiaging

Antiaging: ¿en qué punto estamos?


Sin duda el envejecimiento ha sido tema de estudio para la comunidad científica, en su momento nos planteamos la pregunta que inició todo: ¿por qué envejecemos y cómo evitarlo?

Primero es necesario entenderlo, sabemos que es un proceso natural, sin embargo, hemos identificado sus principales causas. En 2013 un grupo de investigadores publicó un estudio en la revista CELL estableciendo los ”Hallmarks of aging’’ o las señas o características principales del envejecimiento que son los principales cambios que ocurren en este proceso.

Dra. Yessica Sánchez – Equipo Médico Neolife


Cambios que ocurren en el proceso de envejecimiento

  • Inestabilidad del genoma provocada por el daño del ADN.
  • Acortamiento de los telómeros.
  • Alteraciones epigenéticas.
  • Pérdida del mantenimiento de las proteínas (proteostasis).
  • Fallos metabólicos como disregulación en la detección de nutrientes.
  • Disfunción mitocondrial.
  • Acumulación de células senescentes (viejas) que provoca inflamación crónica.
  • Agotamiento de las células madre.
  • Alteración de la comunicación celular y por consecuente producción de moléculas inflamatoria.

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Luego se agregaron algunas más como: alteración de la propia estructura celular, alteración del microbioma, desregulación del splicing, compromiso de la autofagia, la inflamación, alteraciones mecánicas y estructurales propias de la célula, entre otros que han catalogado como ‘‘desconocidos’’.

Hasta ahora, ésta es la base de la investigación para retrasar o incluso revertir el envejecimiento, sin embargo, aún no tenemos del todo claro el por qué aparecen estas marcas del envejecimiento, pero sí tenemos la certeza de que son precisas y esto es lo que ocurre cuando envejecemos.

David Sinclair, investigador, profesor de genética en Harvard y una de las personas más influyentes en envejecimiento, tiene una teoría revolucionaria y dice que estos cambios se deben a una pérdida de información genética en algún punto de nuestra existencia.

Existen dos tipos de información genética, el primero es el genoma, que sería la información establecida en el ADN, algo así como los bloques que construyen el ADN, y la otra sería el epigenoma que comprende rasgos que, hasta cierto punto, son hereditarios pero son reversibles, ósea que están ‘’por encima’’ del genoma, éstos son compuestos químicos que ponen marcas en el genoma indicando qué hacer, donde y cuando hacerlo.

También existen regiones del ADN que no se utilizan y son conocidas como ‘’ADN basura’’, y antes pensábamos que no se utilizaba para nada, ahora sabemos que el ADN basura no solamente es de vital importancia, sino que se relaciona con el epigenoma. David Sinclair establece que una parte de este ADN basura es de vital importancia y se considera una pérdida de información tanto en el genoma como en el epigenoma propiciando así los cambios del envejecimiento.

Los factores epigenéticos han sido el foco de atención desde hace tiempo ya que actúan como un interruptor, regulan que se inactiven o se activen genes sin alterar la secuencia del ADN, y sabemos que al producirse cambios o fallos epigenéticos, las células pierden su identidad desencadenando las marcas o hallmarks del envejecimiento que os comenté anteriormente, siendo éstas una diana en la búsqueda de terapias para tratar e incluso revertir el envejecimiento.

Para intentar aplicar en terapias para tratar el envejecimiento, la investigación actual se centra en influir sobre los genes propios de la longevidad, enfocándose en dianas terapéuticas que influyan directamente en las sirtuinas. Las sirtuinas son enzimas que activan o silencian genes en función de las necesidades del organismo y tienen la capacidad de reparar el ADN, sin duda una diana muy interesante. Otra diana es la proteína mTOR (mammalian target of Rapamycin) que promueve un mecanismo natural llamado ‘’autofagia’’ donde la célula se descompone y destruye proteínas viejas o dañadas, su activación se asociada a la extensión de la vida de varios microorganismos en estudios de laboratorio. Por otro lado, la influencia sobre la proteína AMPk (Adenosine Monophosphate activated protein kinase) que es un sensor que participa en la regulación energética puede controlar los fallos metabólicos sobre todo de ácidos grasos y glucosa asociados al envejecimiento. Estas terapias son hasta ahora las más estudiadas e interesantes.

Por ejemplo, se ha demostrado que el ayuno intermitente aumenta los niveles de NAD, una coenzima esencial para activar las sirtuinas y se pierde gradualmente con el paso del tiempo. También sabemos que es importante incluir alimentos ricos en polifenoles, flavonoides y antioxidantes para activar las sirtuinas SIRT1 y SIRT3 como pueden ser ciertos alimentos como los frutos rojos, té verde, aceite de oliva extra virgen, chía, brócoli, cúrcuma, chocolate negro, nueces y almendras.

Además del sueño reparador y del control del estrés, es muy importante el ejercicio físico regular combinando el ejercicio de fuerza y resistencia, sobretodo el entrenamiento de alta intensidad o HIIT que ha demostrado aumentar la SIRT1, la función de las mitocondrias y el VO2max que es otro marcador de longevidad saludable.

Para optimizar estas intervenciones es ideal que profesionales personalicen tu tratamiento y te puedan guiar en la toma de suplementación que actúe directamente sobre la función de los genes pro-envejecimiento. Estos suplementos tienen un efecto antioxidante tan potente que eliminan las células senescentes, recordad que mencionamos la acumulación de las células senescentes como una de las características causales del envejecimiento y cada vez existe más evidencia sobre estos compuestos en especial del resveratrol, fiscetina, espermidina, quercetina, CoQ10 (ubiquinol) y la cúrcuma.

Cabe mencionar que las terapias antiaging antes mencionadas como los senolíticos, terapias génicas, entre otros compuestos, se consideran relativamente nuevas en el ámbito médico y los estudios a largo plazo aún no están del todo disponibles para estandarizar tratamientos y protocolos. Dicho esto, es de suma importancia que acudas a profesionales de salud actualizados.

También existen terapias emergentes que continúan en investigación, como podría ser la hormona del crecimiento o alguno de sus análogos, esta hormona se implementa principalmente como tratamiento preventivo del envejecimiento y en algunos países se utiliza en terapias antiaging pero aún no está del todo estandarizada ni validada a pesar de sus buenos resultados.

La medicina regenerativa también se suma a la causa con novedosas propuestas de tratamiento con exosomas, que son vesículas que contienen pequeñas proteínas de ADN y ARN liberadas por las células para comunicarse entre sí y desencadenar procesos regenerativos, son capaces de reprogramar las células para su correcto funcionamiento y disminuir la inflamación, estas terapias se están implementando en medicina estética con excelentes resultados en el aspecto de la piel, tal vez en un futuro podamos usar los exosomas para tratar un cáncer o prevenir enfermedades degenerativas.

Inteligencia artificial

Como podéis ver, el envejecimiento es un proceso complejo que involucra múltiples sistemas biológicos (mitocondrias, ADN, células senescentes, inflamación, etc.), lo que dificulta encontrar una única “solución” o terapia. Es así como surge la necesidad de enfoques personalizados basados en la medicina de precisión y en análisis genéticos. Motivo por el cual, se está aplicando la Inteligencia Artificial, está tecnología puede analizar grandes volúmenes de datos para identificar factores de riesgo específicos que afectan la salud y la longevidad de cada persona.

La Inteligencia Artificial hace esto posible al evaluar los riesgos de enfermedades relacionadas con la edad a través de datos genéticos, historial médico y hábitos de vida de la persona para predecir la probabilidad de desarrollar enfermedades como diabetes, Alzheimer o enfermedades cardiovasculares.

Otros modelos de Inteligencia Artificial identifican biomarcadores precisos de envejecimiento en análisis de sangre, microbiota intestinal o imágenes que indican la “edad biológica” de una persona, diferente a su edad cronológica.

Esto permite la personalización de los tratamientos antiaging para adaptarlos al perfil único del paciente aplicando la medicina de precisión al combinar datos genéticos y epigenéticos del entorno recomendando terapias personalizadas que optimizan la dieta, la suplementación, y los tratamientos farmacológicos para ralentizar el envejecimiento celular.

Y, un boom sin duda, han sido los dispositivos wearables inteligentes para monitorear constantemente parámetros fisiológicos y anticiparnos a los potenciales problemas de salud.

Seguramente habéis visto los relojes y sensores inteligentes, estos dispositivos están conectados a algoritmos de Inteligencia Artificial que miden la frecuencia cardíaca, calidad del sueño, actividad física, metabolismo e incluso niveles de estrés proporcionando recomendaciones personalizadas en tiempo real para optimizar la salud.

Es importante mencionar que, aunque la Inteligencia Artificial tiene un gran potencial en el envejecimiento saludable, enfrenta desafíos como la protección de la privacidad de datos, la precisión en contextos médicos complejos, y la necesidad de integrarse con otras disciplinas. Sin embargo, con el avance contínuo, la Inteligencia Artificial promete desempeñar un papel clave en la creación de vidas más largas, saludables y plenas.

Sin duda, las nuevas terapias antiaging tienen un gran potencial para mejorar la calidad de vida y prolongar la longevidad, y sabemos que enfrentan desafíos importantes.

De cualquier forma, estamos muy emocionados de los avances que se están teniendo en nuestra rama de la medicina, tenemos cada vez más herramientas para prevenir las consecuencias que puede acarrear el envejecimiento. En está medicina es fundamental estar a la vanguardia y en Neolife actualizamos nuestras terapias siempre sustentadas en la medicina basada en evidencia con una perspectiva ética que priorice el bienestar integral de nuestros pacientes.