Hormonas sexuales

Relación entre hormonas sexuales y edad biológica


El mantenimiento de niveles hormonales óptimos, ya sea a través de un estilo de vida saludable o mediante intervenciones como la terapia de reemplazo hormonal, puede desempeñar un papel fundamental en la ralentización del envejecimiento biológico.

Estradiol, progesterona y testosterona actúan como moduladores clave del estrés oxidativo, la inflamación, el metabolismo y los mecanismos epigenéticos. Estos efectos, en conjunto, preservan la longitud telomérica y mantienen un perfil epigenético juvenil.

Dr. Alfonso Galán – Equipo Médico Neolife


Hormonas sexuales y envejecimiento biológico

El envejecimiento biológico es un proceso multifacético que implica cambios moleculares, celulares y fisiológicos. En las consultas de Neolife solemos definirlo como ese acúmulo de daño a nivel celular que hace que las células no puedan realizar bien su función, y consecuentemente el tejido y órgano donde están también fallará lo que puede llevar a enfermedad y menoscabo.

Este grado de acúmulo de daño es algo que podemos medir, dos son los parámetros que se usan más usualmente y valoramos a diario en nuestras consultas: Una de las formas de medir la edad biológica es la longitud de los telómeros y, la otra, los patrones epigenéticos, como los “relojes epigenéticos”.

hormonas sexuales

Las hormonas sexuales, incluyendo el estradiol, la progesterona y la testosterona, juegan un papel crucial en la regulación de varios procesos fisiológicos relacionados con el envejecimiento. La evidencia científica sugiere que mantener niveles óptimos de estas hormonas no solo impacta el bienestar general y nuestra Salud (si, con mayúscula) en muchos aspectos que hemos contado ampliamente en estas páginas, sino que también puede retrasar el envejecimiento biológico al influir en el estrés oxidativo, el metabolismo, el estado de ánimo y los mecanismos celulares de reparación.

Estradiol y envejecimiento biológico

El estradiol es un estrógeno clave en mujeres premenopáusicas, conocido por sus efectos antioxidantes y protectores en diversos tejidos. En este contexto que estamos hablando hoy, los estudios han demostrado que el estradiol:

  1. Protege contra el estrés oxidativo: actúa como un antioxidante directo al reducir los radicales libres y aumentar la actividad de enzimas antioxidantes como la superóxido dismutasa y la glutatión peroxidasa. Este efecto puede proteger los telómeros de la oxidación, preservando su longitud.
  2. Modula los mecanismos epigenéticos: el estradiol regula la expresión génica a través de su interacción con receptores nucleares, lo que afecta positivamente las marcas epigenéticas relacionadas con el envejecimiento, como la metilación del ADN. Más sobre esto aquí.
  3. Beneficia el sistema cardiovascular: mejora la elasticidad vascular y reduce la inflamación sistémica, procesos que impactan indirectamente en la preservación de los telómeros y en la estabilidad epigenética.

Evidencia científica:

  • Un estudio publicado en Menopause (2017) mostró que mujeres posmenopáusicas con terapia de reemplazo hormonal (TRH) basada en estrógenos tenían telómeros significativamente más largos en comparación con aquellas que no recibían TRH. Dicho de otra manera: edades biológicas menores. Esto sugiere que el estradiol podría tener un papel protector contra el envejecimiento celular.
  • Un estudio longitudinal en Nature Communications (2018) examinó mujeres pre y posmenopáusicas, mostrando que aquellas con niveles más altos de estradiol tenían telómeros significativamente más largos.

Progesterona: regulador de la homeostasis y el envejecimiento

La progesterona (más sobre ella aquí), además de su papel reproductivo, actúa como modulador en el sistema nervioso central y tiene propiedades antiinflamatorias y neuroprotectoras. Algunos de sus efectos clave son:

  1. Reducción de la inflamación: la progesterona disminuye la producción de citoquinas proinflamatorias como el TNF-α y la IL-6. La inflamación crónica está estrechamente relacionada con el acortamiento telomérico y el envejecimiento epigenético.
  2. Protección neuronal: estudios en modelos animales han demostrado que la progesterona puede promover la regeneración neuronal y proteger contra el daño oxidativo, lo que contribuye a mantener un estado cognitivo saludable y un envejecimiento cerebral más lento.
  3. Impacto en el metabolismo: la progesterona mejora la sensibilidad a la insulina y regula el almacenamiento de energía, factores críticos para mantener un metabolismo saludable y, por ende, un envejecimiento biológico más lento.

Evidencia científica: un estudio en Aging Cell (2020) destacó que niveles equilibrados de progesterona están asociados con perfiles epigenéticos juveniles en mujeres posmenopáusicas, subrayando su importancia en la preservación de las marcas epigenéticas.

Testosterona: más allá de la masculinidad

La testosterona, predominante en los hombres pero también presente -e igualmente importante- en mujeres, es crucial para la salud ósea, muscular y metabólica. Sus efectos, en este caso, sobre el envejecimiento biológico incluyen:

  1. Mejora del metabolismo: la testosterona aumenta la masa muscular y reduce la grasa corporal, lo que favorece una mayor sensibilidad a la insulina y menores niveles de estrés metabólico.
  2. Protección contra el estrés oxidativo: a través de la regulación de la expresión de genes antioxidantes, la testosterona contribuye a la reducción del daño oxidativo en células y tejidos.
  3. Estado de ánimo y hábitos: la testosterona está vinculada a niveles más altos de energía, motivación y ánimo positivo, lo que facilita la adopción de hábitos saludables como el ejercicio regular y una dieta equilibrada. Estos hábitos, a su vez, impactan positivamente en los telómeros y el epigenoma. Estas líneas tienen mucha más importancia de lo que podáis pensar. Tus hábitos impactan enormemente en tu edad biológica y tener tus niveles de Testosterona óptimos hará que tu voluntad y empuje sea mayor e implementar buenas costumbres sea mucho más fácil y veas las recompensas de ello mucho más…y antes.

Evidencia científica:

  • Un metaanálisis publicado en Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism (2019) encontró que hombres con niveles óptimos de testosterona tenían telómeros más largos y menor metilación asociada al envejecimiento en genes clave, en comparación con hombres con deficiencia hormonal.
  • Una investigación publicada en Cell Reports (2021) destacó cómo la testosterona modulaba marcas epigenéticas asociadas con el envejecimiento, retrasando el “reloj epigenético”.

Estrógenos y progesterona en sinergia

Hemos hablado múltiples veces sobre cómo el equilibrio entre estas dos hormonas es vital para una terapia de reemplazo hormonal exitosa y sin incidencias. La interacción entre el estradiol y la progesterona, además, es crucial para un envejecimiento saludable. Por ejemplo:

  • Sinergia antioxidante: el estradiol y la progesterona juntos potencian la actividad antioxidante y reducen la inflamación, promoviendo un entorno celular más estable.
  • Impacto en la longitud telomérica: en mujeres posmenopáusicas, la terapia combinada de estrógeno y progesterona ha demostrado prevenir el acortamiento telomérico y mantener un perfil epigenético juvenil.
  • Neuroprotección: ambas hormonas contribuyen a la salud cerebral, reduciendo el riesgo de enfermedades neurodegenerativas relacionadas con la edad.

Evidencia científica: Un análisis en JAMA (2022) mostró que las terapias combinadas de estradiol y progesterona en mujeres no solo mejoraban la salud cardiovascular y ósea, sino que también impactaban positivamente en marcadores moleculares del envejecimiento.

Influencia de los niveles hormonales en hábitos saludables

Los niveles óptimos de hormonas sexuales no solo impactan directamente los mecanismos celulares, sino que también facilitan la adopción de hábitos saludables como decimos:

  1. Energía y ejercicio: niveles saludables de testosterona y estradiol mejoran la vitalidad y la disposición para realizar ejercicio físico, un factor clave para la salud metabólica y la longevidad celular.
  2. Estado de ánimo y manejo del estrés: las hormonas sexuales tienen un efecto modulador en neurotransmisores como la serotonina y la dopamina, lo que mejora el estado de ánimo y reduce el estrés crónico. Esto, a su vez, protege los telómeros y el epigenoma.
  3. Control del peso: un equilibrio hormonal adecuado favorece un metabolismo eficiente, lo que reduce el riesgo de obesidad, un factor que acelera el envejecimiento biológico.

Mecanismos moleculares: telómeros y epigenoma

Longitud telomérica:

Los telómeros, las regiones repetitivas de ADN en los extremos de los cromosomas, se acortan con cada división celular. Sin embargo, el estrés oxidativo y la inflamación aceleran este proceso. Las hormonas sexuales influyen en:

    • Protección telomérica: al reducir el estrés oxidativo, las hormonas sexuales protegen directamente la longitud telomérica.
    • Activación de la telomerasa: algunos estudios sugieren que el estradiol puede estimular la actividad de la telomerasa, la enzima que tenemos de serie, que alarga los telómeros.

Modificaciones epigenéticas:

El envejecimiento epigenético, medido por patrones específicos de metilación del ADN, es otro marcador clave. Las hormonas sexuales influyen en:

  • Metilación del ADN: Niveles adecuados de hormonas están asociados con un perfil de metilación más juvenil en genes clave.
  • Regulación transcripcional: Las hormonas sexuales activan o silencian genes relacionados con la inflamación, el estrés oxidativo y la reparación del ADN.

Conclusiones

El mantenimiento de niveles hormonales óptimos, ya sea a través de un estilo de vida saludable o mediante intervenciones como la terapia de reemplazo hormonal, puede desempeñar un papel fundamental en la ralentización del envejecimiento biológico.

Estradiol, progesterona y testosterona actúan como moduladores clave del estrés oxidativo, la inflamación, el metabolismo y los mecanismos epigenéticos. Estos efectos, en conjunto, preservan la longitud telomérica y mantienen un perfil epigenético juvenil.

La investigación en este campo sigue avanzando, subrayando la importancia de las hormonas sexuales en la promoción de una.


BIBLIOGRAFÍA

(1) Barrett, E. S., & Swan, S. H. (2015). Stress and androgen activity during fetal development. Endocrinology, 156(10), 3435-3441. https://doi.org/10.1210/en.2015-1262

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(5) Mousavi, S. A., Jasemi, M., Mousavi, S. A., & Naghizadeh, M. M. (2020). The effect of testosterone replacement therapy on telomere length: A systematic review and meta-analysis. Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism, 105(3), 781-789. https://doi.org/10.1210/clinem/dgz211


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