Los alimentos que ingerimos en la actualidad están sometidos a numerosos procesos que afectan a su valor nutricional. Por tanto, la suplementación nutricional es clave para incorporar a nuestro organismo aquellos nutrientes que ya no contiene nuestra dieta.
El aporte extra de los suplementos en nuestra alimentación, además de garantizar los niveles adecuados de micronutrientes (vitaminas y minerales), antioxidantes u otros… constituye una de las mejores opciones para prevenir el envejecimiento prematuro y la aparición de numerosas enfermedades. Por lo tanto, la suplementación nutricional es una de las bases del tratamiento que utiliza la medicina preventiva para combatir las numerosas situaciones de desequilibrio, debilidad o, incluso, enfermedad que pueden presentarse a lo largo de nuestra vida.
Estefanía Schoendorff – Unidad de Nutrición Neolife
Los alimentos que llegan a nuestra mesa actualmente no son los mismos que hace 25 años.
Hoy en día, con toda la información disponible a nuestro alcance, podemos experimentar una gran confusión en relación a los verdaderos beneficios y perjuicios de la suplementación nutricional y a la necesidad o no de incluirlos en nuestra alimentación. Es importante contrarrestar las distintas teorías, investigar su rigor científico y, sobre todo, consultar con los verdaderos expertos en nutrición y aclarar todas nuestras dudas al respecto. Nuestro profesional sanitario sabrá contestar a nuestras preguntas y orientarnos en la dirección adecuada para que nuestra alimentación sea equilibrada y repercuta de forma beneficiosa en nuestra salud y envejecimiento. La creencia ciega de determinadas teorías o informaciones poco rigurosas o sin una base científica demostrada puede repercutir muy negativamente en nuestra salud, a corto y largo plazo.
Mientras que la genética del ser humano ha sufrido muy pocas variaciones desde hace 10.000 años, todo lo que le rodea ha experimentado grandes y profundas transformaciones. Así, las tierras de cultivo, tras siglos de explotación, ya no son las mismas y han perdido nutrientes. Los cultivos son tratados con productos químicos (pesticidas y conservantes), el ganado es alimentado con piensos que son mezclados con hormonas y antibióticos, el aire que respiramos cada día esta más contaminado y presenta niveles de CO2 más elevados -en el año 2015 donde ya hacíamos referencia a su efecto perjudicial (1)-.
Por lo tanto, todos los procesos que atraviesan la gran mayoría de los alimentos que ingerimos en la actualidad están sometidos -desde que son una “simple semilla” hasta que se encuentran en nuestra nevera- a numerosos procesos que afectan profundamente a su valor nutricional. Por ejemplo, una espinaca en el año 1.948 contenía 158 milígramos de hierro; 25 años después la misma cantidad contenía menos de 2,2 miligramos, ¿cuántas espinacas deberíamos entonces comer hoy en día para ingerir la misma cantidad de hierro que hace 25 años?, la respuesta correcta es unas 75 raciones…
Es un hecho ampliamente demostrado que los alimentos que llegan a nuestra mesa hoy en día no son los mismos que hace 25 años, ni siquiera los que cultivamos en nuestro huerto recurriendo a métodos tradicionales, porque ya no es ni el mismo aire que respiran los animales de granja, ni nuestros cultivos son los mismos, ni tampoco las condiciones de la caza o la pesca… Ello repercute ineludiblemente en nuestros biomarcadores, demostrándonos que aunque llevemos una vida sana, con una buena gestión del estrés y con una alimentación equilibrada, podemos tener importantes carencias (2).
Por tanto, la suplementación nutricional es necesaria para incorporar a nuestro organismo aquello que ya no contienen los alimentos que ingerimos. Pero es muy importante tener presente que una suplementación en exceso, descontrolada o indiscriminada (no personalizada) también puede ser perjudicial para nuestra salud.
Para comenzar con una suplementación nutricional, es esencial conocer qué biomarcadores se encuentran alterados en nuestro perfil analítico y valorar las concentraciones adecuadas para que tenga el efecto beneficioso que buscamos y no afecte negativamente a nuestra salud. Esta valoración solo la puede hacer un profesional sanitario que sepa interpretar esta información. Como todo producto farmacológico, por muy “natural” que sea, debe ser medido previamente y ajustado a la condición del “paciente”. No sirve cualquier producto ni cualquier concentración, sino aquella que de verdad ejerza su efecto beneficioso sobre cada individuo. Cuando una suplementación nutricional no repercute sobre los biomarcadores correspondientes es porque no es la adecuada, de ahí la sensación de que “no funcionan” que podemos sentir en todos aquellos casos en los que tomamos suplementos alimenticios sin control de un especialista, influidos por modas o la presión industrial.
El aporte de suplementos, además de garantizar los niveles adecuados de micronutrientes (vitaminas y minerales), antioxidantes u otros… constituye una de las mejores opciones para prevenir el envejecimiento prematuro y la aparición de numerosas enfermedades. No obstante, la suplementación nutricional es especialmente efectiva en la edad adulta y cuando empiezan aparecer los primeros síntomas y signos de vejez (3).
El estudio SENECA (Study of The European Nutrition of The Elderly, Concerted Action) revela que, en España, a pesar del consumo de pescado y de ser un país con muchas horas de sol, los niveles de vitamina D son mucho más bajos que en países del norte de Europa. Por tanto, a pesar de vivir en unas condiciones favorables, la población española necesita del aporte de suplementos de vitamina D.
Es importante recordar que la palabra ”suplemento nutricional” hace referencia a un aporte adicional a una alimentación equilibrada. Una suplementación nutricional carece de sentido sin una alimentación equilibrada, y viceversa.
En Neolife llevamos años trabajando para prescribir una suplementación nutricional segura, eficaz, personalizada y adaptada a la dieta de todos y cada uno de nuestros pacientes, proporcionándoles toda la información necesaria para su correcto consumo. Precisamente en nuestros centros medimos rigurosamente los biomarcadores (homocisteína, 25-OH-colecalciferol, hierro, calcio, omega 3…) necesarios para valorar y ajustar la suplementación nutricional siguiendo controles analíticos periódicos, ya que sin ellos no es posible valorar la eficacia de la suplementación nutricional en general.
BIBLIOGRAFÍA
(1) https://www.neolifesalud.com/blog/comemos-lo-mismo-que-hace-30-anos/
(2) https://www.neolifesalud.com/blog/realmente-se-puede-hacer-una-dieta-sana-y-equilibrada/
(3) https://www.sld.cu/galerias/pdf/sitios/rehabilitacion/requerimientos_nutricionales_en_la_tercera_edad.pdf