El envejecimiento disminuye los niveles de testosterona progresivamente, alrededor de un 1% al año pasados los 30 o 40 de edad. ¿Cómo interactúa ésta con la dieta?
Un nuevo estudio publicado en la revista Journal of the American Urological Association concluye que los hombres que siguen una dieta más proinflamatoria parecen tener un mayor riesgo de deficiencia de testosterona, lo que indica el importante papel de la dieta en la salud reproductiva masculina.
Alejandro Monzó – Unidad de Nutrición y Enfermería Neolife
El consumo de alimentos industriales y la vida sedentaria en el foco de atención
La testosterona es una hormona esteroidea sexual del grupo andrógeno. Es producida principalmente en los testículos y en los ovarios (1). En los hombres, es la principal hormonal sexual masculina y también un esteroide anabólico. La testosterona cumple diferentes funciones, las cuales ayudan a mantener:
- La densidad mineral ósea
- La distribución de grasa
- La masa y fuerza muscular
- El vello facial y corporal
- La producción de glóbulos rojos
- El impulso sexual y la producción de esperma
El hipogonadismo dificulta la capacidad para producir cantidades normales de testosterona debido a un problema con los testículos o con la glándula pituitaria que controla los mismos (1). La terapia de reemplazo hormonal con testosterona, administrada en forma de inyecciones, comprimidos, parches o geles, puede mejorar la sintomatología del nivel bajo de testosterona en los hombres, tratamiento muy habitual en Neolife.
En la actualidad, el nivel medio de testosterona en los hombres se ha reducido significativamente en las últimas décadas. Aunque la pérdida de testosterona es común a medida que los hombres envejecen, la evidencia científica muestra que a menudo se asocia con diabetes, obesidad abdominal, disfunción sexual, depresión y otras condiciones adversas (2).
Según la nueva investigación publicada en la revista Journal of the American Urological Association consumir una dieta rica en alimentos proinflamatorios, incluidos alimentos que contienen carbohidratos refinados y azúcar, así como grasas poliinsaturadas, puede desarrollar deficiencia de testosterona entre los hombres (3). Este estudio investigó la asociación entre el índice inflamatorio dietético y las hormonas sexuales en una muestra representativa cercana a los 4.200 hombres adultos. Proporcionaron un historial de ingesta dietética de 24 horas y se sometieron a pruebas de hormonas sexuales séricas. Para los hombres con la dieta más proinflamatoria, las probabilidades de deficiencia de testosterona eran aproximadamente un 30% más altas en comparación con los hombres con la dieta más antiinflamatoria.
Los autores citan que los hallazgos del estudio no prueban causalidad, sin embargo, respaldan investigaciones previas que sugieren que este tipo de alimentación pueden contribuir al déficit de testosterona, además de otros problemas potenciales de salud. Los hombres con bajos niveles de testosterona tienen niveles más altos de citocinas proinflamatorias, pequeñas proteínas liberadas por las células durante una lesión o infección o en respuesta a factores inflamatorios en el medio ambiente.
Una dieta proinflamatoria se caracteriza generalmente por el consumo de carbohidratos refinados, carnes procesadas, grasas trans, aceites de mala calidad y bebidas azucaradas. En definitiva, alimentos pertenecientes al grupo de fast foods, industriales y ultraprocesados, todos ellos ricos en grasa, azúcares y sal. En una dieta antioxidante, predomina el consumo de verduras, frutas, hortalizas, legumbres y frutos secos. Nuevas investigaciones publicadas en Journal of the American College of Cardiology arrojan que cierto patrón alimentario tiene el potencial de aumentar significativamente el riesgo cardiovascular, por lo que una intervención adecuada en este punto puede resultar en una estrategia efectiva de prevención de enfermedad (4,5) (figura 1.).
Figura 1. Dieta proinflamatoria vs antiinflamatoria: efectos potenciales (5).
Ningún alimento aislado ‘per se’ induce un aumento de testosterona. Sin embargo, una dieta poco saludable proinflamatoria, sobre todo por su efecto en la obesidad y el incremento de riesgo cardiovascular, puede producir un descenso de testosterona (6). Cada vez existe más evidencia de que los malos hábitos alimenticios están asociados con una variedad de enfermedades crónicas, como son las enfermedades cardiovasculares, la diabetes tipo 2 o la obesidad, claves para entender su interacción con el descenso de los niveles de testosterona.
Por ello, una alimentación antioxidante, equilibrada y saludable podría tener un efecto beneficioso en los niveles testosterona. La ingesta de hidratos de carbono complejos, fibra, grasas saludables, vitaminas y minerales, como los mencionados a continuación, han demostrado el importante papel de la dieta en la salud masculina (6,7,8):
- Un consumo elevado de verduras y hortalizas, especialmente vegetales crucíferos, como el brócoli, coles de Bruselas, coliflor, además de ayudar en la prevención contra el cáncer, favorecen el aumento de los niveles de testosterona.
- Las dietas restrictivas, sobre todo en grasa, también pueden reducir los niveles de testosterona sérica en hombres. El colesterol es necesario para la producción de testosterona, por lo que consumir grasas naturales, procedentes de carnes, pescados y huevos de calidad, frutos secos, aceite de oliva virgen extra, coco y aguacate, pueden ser una opción adecuada.
- De forma particular, minerales como el zinc, selenio y magnesio, tienen un papel relevante para optimizar los niveles de testosterona y en la fertilidad. Un adecuado consumo de frutos secos, hígado, huevos, chocolate negro, mariscos, crustáceos, pueden ser interesantes.
Finalizando, existen diversos factores asociados con el descenso de testosterona, como es la edad avanzada, la contaminación ambiental, el estilo de vida, la presencia de alteraciones estructurales en el aparato reproductor, enfermedades como la obesidad y una dieta insana. En Neolife, nuestro equipo médico-nutricional trabaja de forma individualizada cada caso particular; aquí es donde el consejo dietético-nutricional cobra especial interés por su gran capacidad en la prevención de enfermedad y en la posible mejora de los niveles de testosterona.
BIBLIOGRAFÍA
(1) Mayo Clinic. (2021). “Sexual health: testosterone”. URL: https://www.mayoclinic.org/healthy-lifestyle/sexual-health/in-depth/testosterone-therapy/art-20045728
(2) Kalvaitis, K. (2007). “Generational decline in testosterone levels observed”. Endocrinetoday. Healio. URL: https://www.healio.com/news/endocrinology/20120325/generational-decline-in-testosterone-levels-observed
(3) Zhang, C. y otros. (2021). “The Association between dietary inflammatory indcex and sex hormones among men in the United States”. Vol. 206, 1-7. American Urological Association. URL: https://www.auajournals.org/doi/10.1097/JU.0000000000001703
(4) De Luis Román, D.A. Bellido Guerrero, D. García Luna, P.P. Olivera Fuster, G. (2017). “Dietoterapia, nutrición clínica y metabolismo”. Tercera edición. Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición. Grupo Aula Médica, S.L. Madrid, España.
(5) Li, J. y otros. (2020). “Dietary Inflammatory potential and Risk of cardiovascular disease among men and women in the U.S.”. Journal of the American College of Cardiology. Vol. 76 (19). URL:https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0735109720371904?via%3Dihub
(6) Camarero, A. (2019). “La alimentación insana puede producir un descenso de testosterona”. El Confidencial: Alimente. URL: https://www.alimente.elconfidencial.com/bienestar/2019-12-17/dieta-insana-descenso-testosterona_2379316/
(7) Guadalupe G-R, L. y otros. (2018). “Nutrición y fertilidad”. Nutrición hospitalaria. Vol. 35(6): 7-10. URL: https://scielo.isciii.es/pdf/nh/v35nspe6/1699-5198-nh-35-nspe6-00007.pdf
(8) Vázquez, M. (2013). “Aumenta tus niveles de testosterona, de manera natural”. Fitness Revolucionario. URL: https://www.fitnessrevolucionario.com/2013/05/19/aumenta-tus-niveles-de-testosterona-de-manera-natural-parte-ii/