En plena ola de calor y con las vacaciones encima, es muy frecuente encontrarnos en consulta con pacientes cansados, con insomnio y con mucha fatiga acumulada.
Una mala gestión del estrés que derive en fatiga adrenal, una mala hidratación mantenida en el tiempo, una disrupción en el ciclo sueño-vigilia o como secuela de pasar por una enfermedad aguda como es LA COVID-19, se encuentran ente las causas más comunes.
Francisco Martínez Milla – Unidad de Nutrición Neolife
Alteración ciclo circadiano
El conocimiento común nos dice que el sueño es para reparar el organismo de su actividad diaria, pero hace poco un estudio científico demostró que en ratas, cuando duermen, el espacio entre las neuronas se expande, como una esponja, lo que facilita la eliminación de todos los deshechos celulares que se producen a consecuencia del metabolismo por el día, y cuyo acúmulo es tóxico para el cerebro.
En las ratas a las que se les impedía dormir, ese fenómeno no ocurría, y los detritus celulares se acumulaban, lo que termina dañando las neuronas y alterando su función normal. Así que, claramente, si no dormimos lo suficiente, nuestro cerebro se daña, afectando a sus funciones cognitivas de manera lenta pero progresiva.
Recordemos, el insomnio es una manifestación más (la más aparente) de un desarreglo mucho mayor de nuestro organismo, la cronodisrupción, que altera los demás ritmos circadianos de nuestro organismo. Esta disociación de nuestros ritmos puede llevar a patologías más severas, como estrés oxidativo, inflamación y, consecuentemente, trastornos hormonales, alteraciones metabólicas incluyendo síndrome metabólico, diabetes, enfermedades neurodegenerativas, y tumores. Si sólo corregimos el insomnio, mal arreglo para el organismo. Tenemos que reparar el reloj biológico, y todo lo demás vuelve a funcionar.
En Neolife, pautamos melatonina bajo prescripción médica de forma personalizada para ordenar de nuevo el ciclo circadiano alterado. La melatonina sincroniza los ritmos de los neurotransmisores cerebrales, su disminución afecta también a las capacidades cognitivas, que van afectándose con la edad. Podemos hablar entonces de un envejecimiento del sistema circadiano derivado del déficit de melatonina, afectándose nuestro reloj biológico de manera cada vez más importante.
Pero además, la melatonina también se produce en la mayoría de nuestros órganos y tejidos; es la llamada melatonina extrapineal. Su producción se diferencia de la pineal en tres aspectos principales:
- No se produce siguiendo un ritmo circadiano.
- Se produce en cantidades mucho mayores que la de origen pineal.
- Tiene funciones de protección celular, derivadas de sus importantes efectos antioxidantes y antiinflamatorios.
La melatonina extrapineal también disminuye con la edad, lo que facilita la aparición de signos de estrés oxidativo y nitrosativo que se agudizarán cuanto mayor sea el déficit de esta hormona, es decir, se agudizarán conforme vamos cumpliendo años. También se ha podido comprobar que la administración crónica de melatonina, como terapia de sustitución para prevenir su disminución con la edad, previene la mayoría de las manifestaciones del envejecimiento, debido a la reducción de los radicales libres y el subsecuente daño derivado del daño oxidativo e inflamatorio de la edad.
Mal estado de hidratación
Es común escuchar que beber entorno a 2 litros de agua es suficiente para tener una buena hidratación. Sin embargo, es difícil establecer una recomendación a nivel general.
Nuestro organismo, a través de la sensación de sed, regular la ingesta de agua. Sin embargo, esa percepción de sed, ya implica deshidratación, por lo que es fundamental anticiparnos para que no aparezca esa alerta.
Por tanto, no hay que esperar a tener sed para beber. El color de la orina es un indicador del estado de hidratación, siendo lo ideal un amarillo pálido. Si es demasiado oscura y concentrada, significa que es necesario aportar más cantidad de agua.
Es importante que aportamos agua también con la ingesta de frutas, verduras, cafés, infusiones, purés, cremas y caldo.
Estrés y fatiga adrenal
Si tienes cansancio asociado a síntomas como dificultad para concentrarte, insomnio, incapacidad para perder peso, ansiedad, alergias, “niebla mental”, etc,…es posible que tengas fatiga adrenal.
La fatiga adrenal consiste en una serie de síntomas inespecíficos pero debilitantes, suele aparecer de forma insidiosa. El estrés está en la base de este síndrome, manejar el estrés es fundamental, a nivel antropológico es hasta vital para la supervivencia, y nuestras glándulas adrenales son quienes lo tienen que controlar.
La fatiga adrenal es un diagnóstico no reconocido aún por todos los ámbitos de la medicina; la visión clásica es que las glándulas suprarrenales son estructuralmente normales y no hay datos de Insuficiencia suprarrenal o enfermedad de Addison, que es de origen autoinmune, esto es, nuestros propios anticuerpos atacan a la glándula dañando su estructura y función.
La fatiga adrenal es un problema “funcional”, las glándulas no funcionan bien y la causa principal suele ser el estrés mantenido. Hay quien prefiere llamarla Desregulación del eje Hipotalámico-Hipofiso-Adrenal.
Causas de la fatiga adrenal
El estrés es común en las sociedades occidentales, las causas de estrés pueden ser muy variadas: trabajo, tragedias familiares, mudanzas, enfermedad, divorcios, etc,…. La fatiga adrenal aparece cuando el estrés al que estamos sometidos supera las capacidades del cuerpo para compensarlo y recuperarse.
Entre los estresores que pueden llevar a fatiga adrenal mencionamos:
- Ira.
- Depresión.
- Enfermedad crónica.
- Ejercicio excesivo.
- Infecciones crónicas.
- Miedo y culpa.
- Dolor crónico.
- Intolerancia al gluten.
- Hipoglucemia.
- Malabsorción.
- Malas digestiones.
- Exposición a tóxicos.
- Cirugías.
- Privación de sueño.
- Exceso de azúcar en la dieta.
- Exceso de cafeína.
¿Cómo afectan los estresores al cuerpo?
Cuando estamos sometidos a estrés el cuerpo monta una reacción de estrés, también conocida como sistema de respuesta al estrés neuroendocrinometabólico que engloba 6 circuitos que nos ayudan a regularlo:
- Hormonal.
- Bioenergético.
- Detoxificación.
- Inflamatorio.
- Neuroafectivo.
- Cardionómico
Cuando el estrés es crónico empiezan a aparecer síntomas en estos diferentes circuitos y órganos que se ven desregulados. Esto estimula el sistema nervioso simpático que lleva a la secreción de Adrenalina por la médula adrenal y ACTH por el hipotálamo para que se secrete más Cortisol.
El circuito hormonal mencionado está compuesto de los ovarios, la glándula suprarrenal y el tiroides. Como hemos comentado, cuando el estrés es contínuoo los niveles de cortisol suben tanto que la glándula se agota y la DHEA antes mencionada deja de producirse en cantidad suficiente. Esta bajada de DHEA y elevación inicial del Cortisol lleva a un ratio Cortisol/DHEA elevado que lleva a consecuencias muy nocivas como (2):
-
- Menor sensibilidad a la insulina con aumento de glucemia que lleva a diabetes.
- Menor secreción de Inmunoglobulinas (IgA), células Natural Killer (NK) y actividad de linfocitos T que lleva a un aumento de la susceptibilidad a infecciones como herpes, candidiasis o virales.
- Bloqueo de la absorción de calcio que baja la densidad ósea llevando a Osteoporosis.
- Aumento del acúmulo de grasa central y destrucción proteica, lo que lleva a pérdida de masa muscular e incapacidad para perder peso.
- Aumento de retención de agua y sal.
- Predominio estrogénico en mujeres que lleva a síndrome premenstrual, miomas y quistes mamarios.
Por tanto, un buen orden hormonal, hará que esta fatiga adrenal remita.
COVID-19
Desde que estalló la crisis sanitaria causada por La Covid, esta infección vírica se ha unido a la lista de causas de astenia. Así, sabemos que es uno de los síntomas más recurrentemente referidos por los pacientes tras haber pasado la enfermedad aguda.
Por qué el coronavirus causa esto es lo que estamos dilucidando ahora, y ya tenemos bastantes mecanismos identificados, lo que siempre es bueno ya que nos da una diana sobre la que actuar.
También la afectación por el virus de diferentes órganos y sistemas lleva a astenia; hablamos de afectación pulmonar, cardíaca, neurológica, muscular…También estamos observando estos síntomas en gente que no ha pasado la enfermedad por Covid-19, pero que sí ha vivido todo lo que la pandemia ha traído consigo: falta de socialización, aislamiento, ruina económica, soledad, estrés, imposibilidad o dificultad para mantener la actividad física previa…
BIBLIOGRAFÍA
(1) Kumari M, Badrick E, Chandola T, Adam EK, Stafford M, Marmot MG, Kirschbaum C,Kivimaki M. Cortisol secretion and fatigue: associations in a community based cohort. Psychoneuroendocrinology. 2009 Nov;34(10):1476-85.
(2) Sonnenschein M, Mommersteeg PM, Houtveen JH, Sorbi MJ, Schaufeli WB, van Doornen LJ. Exhaustion and endocrine functioning in clinical burnout: an in-depth study using the experience sampling method. Biol Psychol. 2007 May;75(2):176-84
(3) Xie y colbs. Sleep Drives Metabolite Clearance from the Adult Brain. Science 2013; 342:373-377.
(4) Wilson y colbs. British Ass Psychopharmacol Consensus: J Psychopharmacol 2010; 24:1577-1600.
(5) Escames G, y colbs. Melatonina, análogos sintéticos y el ritmo sueño/vigilia. Rev Neurol 2009; 48:245-254.