Hipotiroidismo

La realidad sobre la tiroides


La tiroides es una glándula muy dinámica que produce hormonas tiroideas T3 y T4, sus niveles en sangre no son siempre iguales, a veces pueden estar más bajos y otras veces más altos dependiendo de las demandas del organismo y de otros factores que le afectan directa o indirectamente.

La tiroides es muy susceptible a factores externos e internos y funciona en base al ambiente en el que se encuentre, en ella influyen agentes tóxicos, fármacos, hormonas, micronutrientes, estrés e incluso el sistema inmunitario.

Dra. Sánchez – Equipo Médico Neolife


La tiroides se encuentra en el cuello y modula el ritmo del cuerpo a través de nuestro metabolismo, gasto calórico, energía, temperatura corporal, función cerebral, función cardiaca, digestiva, etc.

Está regulada por el cerebro a través de la hormona estimulante de la tiroides (TSH) en función de los niveles en sangre de las hormonas (T3 y T4) que produce. La T4, no es una hormona activa, es una pro hormona que actúa como un precursor importante de la T3, la hormona que si es activa. La T4 actúa principalmente como una reserva de hormona tiroidea, y la mayoría de esta hormona es convertida en T3 en los tejidos periféricos, como el hígado, los riñones y el intestino. Aunque la T4 es producida en gran cantidad por la glándula tiroides, su actividad biológica directa es relativamente baja comparada con la T3.

Dicho esto, el diagnóstico se hace cuando la tiroides no produce suficientes hormonas T3 y T4 y la TSH se eleva en sangre para estimularla, esta hipofunción tiroidea con el paso del tiempo puede desembocar en hipotiroidismo. Existen otras circunstancias del organismo que pueden propiciar el hipotiroidismo más allá de que la tiroides no produzca suficientes hormonas, como puede ser: que no haya conversión de T4 a T3 en los tejidos o insensibilidad y resistencia a la hormona por sus receptores en el cuerpo a pesar de niveles normales en sangre.

hipotiroidismo

El hipotiroidismo se caracteriza por síntomas tan inespecíficos como estreñimiento, distensión abdominal, calambres, dolores musculares, dificultad para concentrarse, pérdida de memoria, dificultad para perder peso, intolerancia al frío, candidiasis, fatiga, irregularidad menstrual, gastritis, niebla mental que dificulta pensar, afecta al crecimiento de pelo y uñas, lenguaje, sueño, estado de ánimo, propicia la depresión o la ansiedad, dolores musculares y articulares. Para fines prácticos, cuando se juntan dos o tres síntomas en el mismo periodo de tiempo suelen estar asociados.

Actualmente 1 de cada 10 personas en España sufre problemas de la tiroides, ya sea una función disminuida como hemos comentado, o una función aumentada también llamada hipertiroidismo. Estos problemas son mucho más frecuentes en mujeres y con mucha diferencia, lo más común es el hipotiroidismo siendo la tiroiditis de Hashimoto la más prevalente.

En este artículo nos centraremos en el hipotiroidismo ya que es mucho más frecuente que el hipertiroidismo. Las guías clínicas establecen que el diagnóstico de hiporitoidismo se debe hacer en función de los niveles de hormona tiroidea en sangre y de TSH, si los niveles son normales pero el paciente presenta síntomas francos de hipofunción o disfunción tiroidea no está indicado el tratamiento, incluso, si se detectan anticuerpos en niveles no muy elevados, usualmente tampoco se pauta tratamiento. De hecho, se puede tardar hasta 10 años para un diagnóstico y mucha gente merma su calidad de vida todo ese tiempo por no cumplir los criterios diagnósticos establecidos para obtener un tratamiento oportuno y efectivo.

Es por esto, que se han cuestionado constantemente estas recomendaciones. Tenemos que tomar en cuenta que la tiroides también puede ser hipofuncionante, es decir, que su función puede no ir bien independientemente de los valores de una analítica puntual, a veces aunque los valores se encuentren dentro de la normalidad según las guías, no son niveles óptimos y funcionales para un individuo en particular. Entonces, podemos entender que hipofunción y disfunción no es lo mismo.

Incluso, en la práctica médica habitual, también por recomendación de las asociaciones médicas y las guías clínicas, la pauta de primera línea para tratar el hipotiroidismo es la levotiroxina, una forma sintética de T4 también conocida como eutirox, si, la hormona inactiva. De rutina no pautamos ambas hormonas T3 y T4, aunque existan y estén disponibles.

Desde el año 2010 se ha documentado que entre un 10 al 20% de los pacientes tratados con eutirox informan síntomas molestos a pesar de la normalización de los niveles de hormona estimulante de la tiroides (TSH). A estos síntomas se les llama ‘‘síntomas residuales’’, sobre todo cognitivos y anormalidades metabólicas. Aún se desconoce la causa exacta, se piensa que puede estar relacionado a la edad, sexo, genética, y existencia de otras condiciones como por ejemplo la menopausia, obesidad, deficit de vitamina B, anemia, enfermedades autoinmunes (miastenia gravis, artritis reumatoide, lupus, esclerodermia, enfermedad celiaca…) e incluso por somatización.

Esto es bien conocido por las sociedades médicas y, entre los años 90 y el año 2020, se llevaron a cabo estudios para valorar la efectividad de dar solo una hormona o ambas. Fue así como un promedio de 20 ensayos clínicos concluyó que el tratamiento solo con T4 y la combinación T4 + T3 son seguros y efectivos, incluso la Asociación Americana de la Tiroides (ATA) estuvo de acuerdo. Además, los pacientes preferían la combinación de ambas hormonas porque evitaba los síntomas residuales.

Sin embargo, en el 2020 la ATA, la Asociación Europea de la Tiroides (ETA) y la Asociación Británica de la Tiroides (BTA) recomendaron iniciar el tratamiento del hipotiroidismo exclusivamente con levotiroxina T4 y, si no existía recuperación absoluta, se tendría que iniciar la terapia combinada de T4 + T3, todo esto alentando a que los próximos ensayos clínicos se enfocarán a los pacientes que no responden solo a la T4.

Esta decisión fue bastante confusa y daba a pensar que no se recomendó la combinación de T3 y T4 por no ser segura, también se podría pensar que no hay evidencia suficiente de la seguridad en la combinación de hormonas tiroideas, pero… ¿qué dice la evidencia científica hasta ahora publicada?

La recopilación de 20 estudios de alrededor de 1500 pacientes en seguimiento por 1 año en tratamiento con T4 + T3, demostraron que la función normal de la tiroides se mantenía con buenos niveles de hormonas tiroideas en sangre y mejoría de los síntomas sin repercusión cardiovascular.

En conclusión, es bien sabido que algunos pacientes hipotiroideos que toman levotiroxina (LT4) siguen sintomáticos, pero aún falta esclarecer el por qué los pacientes son susceptibles a esta condición, por qué los síntomas persisten y por qué la terapia combinada con LT4 y LT3 aún permanece como segunda opción de tratamiento y en constante estudio a pesar de su seguridad y eficacia e incluso aunque algunos pacientes perciben la terapia con LT4 como una falla.

En mi opinión, los médicos debemos discutir y considerar abiertamente la terapia combinada con LT4 y LT3 en aquellos pacientes con insuficiencia o deficiencia de hormona tiroidea que tienen síntomas persistentes o anomalías metabólicas a pesar de la normalización del nivel sérico de T4. También son necesarios nuevos ensayos clínicos centrados en pacientes sintomáticos, considerando la predisposición genética y comorbilidades, con el poder estadístico para identificar las diferencias entre la monoterapia y la terapia combinada.

La medicina preventiva y funcional se enfoca en optimizar la función hormonal general del organismo para su correcto funcionamiento. En Neolife, la optimización hormonal es un pilar fundamental de tratamiento en nuestra práctica médica y estamos siempre a la vanguardia en avances de tratamiento practicando la medicina basada en evidencia en todo momento.


BIBLIOGRAFÍA

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