Si deseamos que los efectos protectores sobre nuestro sistema cardiovascular se prolonguen, el tratamiento debe ser indefinido.
La terapia de reemplazo hormonal con hormonas bioidénticas ha mostrado que sus beneficiosos efectos permiten mejorar los síntomas asociados a la menopausia y reducen el riesgo de osteoporosis. Además en una publicación reciente en la revista Menopause (1) se propone que el tratamiento hormonal podría ser un factor protector frente al riesgo cardiovascular una vez iniciado.
Dr. Moisés De Vicente – Equipo Médico Neolife
Un estudio demuestra que las pacientes que continuaron con el tratamiento hormonal durante un periodo superior a 5 años se encontraban protegidas de eventos cardiovasculares frente a aquellas que lo suspendían.
La terapia hormonal, con hormonas bioidénticas, ha demostrado ser un tratamiento eficaz y seguro para paliar los síntomas asociados a la menopausia. Asimismo, ya se han publicado numerosos artículos en los que ha demostrado ser eficaz para mejorar numerosas enfermedades asociadas al envejecimiento, como, por ejemplo, la osteoporosis. En una publicación reciente en la revista Menopause (1) se propone que, además, el tratamiento hormonal podría ser un factor protector frente al riesgo cardiovascular una vez iniciado.
El estudio se llevó a cabo en Finlandia. Para ello, recogieron datos procedentes de mujeres que suspendieron su tratamiento hormonal sustitutivo entre los años 1994 y 2013 y compararon su evolución con otros dos grupos de mujeres. Por un lado, aquellas que decidieron continuar con su tratamiento hormonal y, por otro, aquellas que nunca habían recibido este tipo de tratamiento. Se excluyó a pacientes que presentaban, entre sus antecedentes personales, el haber padecido un accidente cerebrovascular o un infarto agudo de miocardio.
Los resultados evidenciaron que, en aquellas mujeres de menos de 60 años que suspendieron el tratamiento hormonal tras haberlo recibido durante un periodo superior a los 5 años, el riesgo de presentar un evento cardiovascular fue el doble que en las mujeres que continuaron el tratamiento. Analizando tan solo el primer año de su discontinuación, el riesgo de evento cardiovascular se redujo hasta tasas similares al del grupo que continuaba con el tratamiento, no siendo así para el grupo de mujeres que habían recibido suplementación hormonal durante menos de 5 años, pues en ese caso presentaron un riesgo de infarto hasta un 52% superior a aquellas que lo continuaron.
Así pues, las pacientes que continuaron con el tratamiento hormonal se encontraban protegidas de eventos cardiovasculares frente a aquellas que lo suspendían, fundamentalmente en aquellas pacientes menores de 60 años.
Estos hallazgos revelan una posible asociación entre la aparición de infarto agudo de miocardio o accidente cerebrovascular y suspender la terapia hormonal. La fisiopatología subyacente, según los autores del artículo, se basaría en la vasoconstricción y en el daño arterial que se produciría tras la retirada del tratamiento. La disminución del influjo estrogénico y, específicamente, la del estradiol, afectaría directamente al endotelio vascular al suprimirse uno de los principales mecanismos de vasodilatación arterial. Asimismo, la influencia estrogénica ofrece, además de su acción vasodilatadora, una modulación del ritmo cardiaco y actúa directamente sobre la funcionalidad de las arterias cerebrales, mejorando su flujo.
Hay que destacar que los autores se refieren exclusivamente a tratamientos donde el estrógeno utilizado es el estradiol, recomendando no extrapolar estos resultados al tratamiento con estrógenos equinos conjugados.
Uno de los tratamientos que proponemos en Neolife es la terapia hormonal sustitutoria con hormonas bioidénticas. Sus beneficiosos efectos permiten mejorar los síntomas asociados a la menopausia y reducen el riesgo de osteoporosis. Concretamente utilizamos estradiol, que como ya hemos visto añade a sus beneficios una mejora en la prevención cardiovascular.
Algunas sociedades médicas proponen el uso de la terapia hormonal hasta un máximo de 5 años. A la vista de los resultados de este estudio, parece razonable mantener este tipo de tratamiento un mínimo de 5 años. Sin embargo, la pregunta que todos tenemos en la cabeza es: ¿y hasta cuándo? Una respuesta lógica podría ser, otra pregunta: ¿hasta cuándo deseamos el beneficio del tratamiento? Si deseamos que los efectos protectores sobre nuestro sistema cardiovascular se prolonguen, nos deberíamos empezar a plantear que el tratamiento debe ser indefinido.
BIBLIOGRAFÍA
(1) Increased cardiac and stroke death risk in the first year after discontinuation of postmenopausal hormone therapy. Venetkoski, Minttu MD; Savolainen-Peltonen, Hanna MD, PhD; Rahkola-Soisalo, Päivi MD, PhD; Hoti, Fabian MSc; Vattulainen, Pia MSc; Gissler, Mika PhD; Ylikorkala, Olavi MD, PhD; Mikkola, Tomi S. MD, PhD. Menopause. November 13, 2017.