Dirección médica de Neolife
La testosterona es la principal hormona sexual tanto en hombres como en mujeres.
Los niveles de testosterona disminuyen entre un 10 y un 20% por década y estos bajos niveles se asocian con una mayor incidencia de morbi-mortalidad y calidad de vida, por lo que se debería plantear su reemplazo como algo indicado a partir de un determinado momento de su vida, siempre bajo prescripción médica y personalizado para cada individuo.
En el caso de los hombres se produce en las células de Leydig de los testículos por el estímulo de la hormona hipofisaria luteoestimulante (LH). La testosterona tiene un potente efecto anabolizante en el tejido muscular y óseo y efectos androgénicos como la libido o la distribución del vello a través de su metabolito inmediato, la DHT (Dihidrotestosterona). Además afecta al estado de ánimo y a la función cognitiva.
Numerosos estudios confirman que en los hombres, a partir de la mitad de la década de los veinte años, los niveles de testosterona total y especialmente los de testosterona libre disminuyen entre un 10 y un 20% por década. De esta manera un hombre de 55 años puede tener sus niveles en la mitad que en sus años jóvenes. Los bajos niveles de testosterona se asocian con disminución de la libido, bajo estado de ánimo, aumento de grasa corporal, disminución de masa muscular y fuerza, disminución de la densidad mineral ósea y aumento del riesgo cardiovascular, entre otras circunstancias. Este cuadro clínico se conoce como andropausia o Sindrome de Déficit Androgénico del Hombre Adulto (SDAHA). Su diagnóstico y tratamiento debe ser realizado por médicos especializados, y no solamente se refiere a la función sexual, pues como ya se ha descrito la terapia de reemplazo hormonal con testosterona tiene efectos en casi todo los sistemas y aparatos de nuestro organismo.
Por lo general los niveles plasmáticos de testosterona son más bajos en hombres sedentarios que en los activos y en los obesos que en los normopeso. Por otro lado se conoce que aquellos hombres con niveles más altos de testosterona tienden a adoptar actitudes más vitalistas y emprendedoras que aquellos con niveles más bajos. Se sabe que el éxito sube la testosterona;
incluso hay estudios que demuestran que el simple hábito postural erguido y positivo eleva sus niveles en relación con las actitudes defensivas y decaídas.
El diagnóstico del Sindrome de Déficit Androgénico del Hombre Adulto es clínico y analítico. La presencia de síntomas como disminución de la libido, disfunción eréctil, falta de energía, declive de la forma física cardiovascular y de la fuerza, cansancio, disminución del rendimiento laboral, capacidad para disfrutar de la vida, de emprender nuevos proyectos…, junto con valores plasmáticos de testosterona total por debajo de 350 ng/dL, pueden indicar un SDAHA.
Su tratamiento suele hacerse con testosterona en forma de cremas, parches, inyecciones o implantes subcutáneos de liberación lenta (pellets). Todo depende de las características de cada paciente. Por lo general es una terapia bastante segura y de muy buenos resultados, que debe controlarse de forma clínica y analítica regularmente para vigilar posibles efectos secundarios.
Como en muchas otras áreas de la medicina de vanguardia existen posiciones científicas encontradas en lo relativo a la terapia de reemplazo hormonal con testosterona (TRHT). Un estudio publicado en la revista JAMA por la Dra. Vigen el pasado mes de Noviembre de 2013 relacionaba la TRHT con una mayor incidencia de riesgo cardiovascular. Sin embargo, un importante grupo de expertos en el tema, liderados por el Dr. Abraham Morgentaler, ha rebatido con dureza las conclusiones de este estudio y ha definido este estudio como “mala praxis en la literatura médica”. Para más información haga clic aquí.
La evidencia científica acumulada en los últimos 30 años correlaciona los niveles más altos de testosterona con una mejor salud cardiovascular.
Otro de los reparos más frecuentes a la TRHT es el del cáncer de próstata. En este sentido las tornas están cambiando rápidamente desde que el propio Dr. Morgentaler publicara a principios de este siglo sus investigaciones desmitificando la testosterona como inductora del cáncer de próstata, tal y como se venía admitiendo desde 1941 por el estudio publicado por Charles B. Huggins sobre tan solo 3 casos clínicos. Una reciente revisión publicada hace un año en la revista Advances in Urology, pone las cosas en su sitio a día de hoy.
En esta línea -viendo que los niveles de testosterona bajan con la edad y estos bajos niveles se asocian con una mayor incidencia de morbi-mortalidad y menor calidad de vida-, se podría plantear la TRHT como algo indicado para todos los hombres a partir de un determinado momento de su vida. Efectivamente este es uno de los planteamientos de la moderna Medicina Preventiva Proactiva Predictiva y Personalizada. No se trata de hacer la TRHT para abordar simplemente la disfunción eréctil o la disminución de la libido, se trata de hacer una verdadera prevención de las enfermedades relacionadas con el envejecimiento.
Libro recomendado: “Testosterone for Life”, de Abraham Morgentaler.