¿Tiene riesgos la Terapia de Reemplazo Hormonal Bioidéntica?

Desgraciadamente, hoy en día aún existe cierto rechazo al escuchar la palabra ‘’hormona’’ en la población. También entre profesionales de la salud hay a veces controversia y debate. Todo esto es debido a que en ocasiones se le ha relacionado erróneamente con el cáncer. La buena noticia es que existe mucha evidencia científica que aclara los beneficios de las hormonas bien prescritas y lucha contra la desinformación actual.

Dra. Yéssica Sánchez – Equipo Médico Neolife


 

La historia de la Terapia de Reemplazo Hormonal

Las hormonas son vitales para nuestro organismo: es imposible vivir sin ellas, ya que son mensajeros químicos que actúan equilibrando la función de nuestros órganos. Tienen funciones tan básicas como regular la temperatura corporal, el hambre y el deseo sexual, hasta funciones tan complejas como regular la tensión arterial, el crecimiento y el ciclo vigilia-sueño.

Para hablar de su seguridad primero es necesario conocer su historia. Los inicios de la Terapia de Reemplazo Hormonal (TRH) se remontan a los años 60, donde se enfocaba únicamente en el reemplazo hormonal de la mujer y no en el del hombre. Por aquel entonces el movimiento feminista se encontraba en auge y la calidad de vida de la mujer cobró importancia para los profesionales de salud. Fue así como la investigación en este campo avanzó y se dieron cuenta de que existía cierta protección por parte de las hormonas sintéticas. Con ‘’sintéticas’’ nos referimos a las hormonas distribuidas por la industria farmacéutica, también llamadas progestágenos y estrógenos.

Dados los buenos resultados de la investigación en ese entonces, la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos) aprobó las hormonas sintéticas para el tratamiento de los sofocos y, en 1988, también incluyó este tratamiento para la prevención de osteoporosis

 

Hormonas sintéticas vs hormonas bioidénticas

A raíz del uso de las hormonas sintéticas, surgieron muchos estudios observacionales y el American College of Physicians definió las primeras guías clínicas para su uso preventivo. También se desarrollaron una serie de ensayos clínicos como el estudio HERS (Heart and Estrogen/Progestin Replacement Study) y el WHI (Women’s Health Initiative) para evaluar el efecto de una TRH con medroxiprogesterona y estrógenos equinos en las principales causas de muerte y discapacidad de mujeres en posmenopausia, como por ejemplo la enfermedad cardiovascular, la osteoporosis y el cáncer.

En este último estudio participaron alrededor de 27.000 mujeres divididas en diferentes grupos. En el año 2002 parecía que los riesgos superaban los beneficios, motivo por el cual el estudio se interrumpió antes de tiempo: se observó una mayor incidencia de enfermedad coronaria y cáncer de mama. Estos datos se difundieron rápidamente a través de los medios de comunicación, lo que generó alarma y pánico entre usuarias de TRH y, por supuesto, también alertó a los médicos que prescribían estas hormonas. Con toda lógica, las autoridades reguladoras lanzaron restricciones de seguridad urgente sobre la TRH, recomendando a los médicos usar la dosis más baja de hormonas sintéticas y solo indicarlas en los pacientes que realmente las necesitaran.

Con el paso del tiempo, analizamos detenidamente los errores que hubo en este estudio y nos dimos cuenta de que las mujeres incluidas presentaban condiciones de salud que requerían precauciones e, incluso, contraindicaban una TRH, como puede ser la enfermedad coronaria preexistente, edad de 63 años con más de 10 años posteriores a la menopausia, tabaquismo activo, etc. Además, ahora sabemos que las hormonas usadas en estos estudios (hormonas sintéticas) son hormonas alteradas químicamente que causan efectos indeseables.

En la actualidad existen hormonas llamadas “bioidénticas”, aisladas de vegetales y tubérculos, que tienen una molécula idéntica a las hormonas que produce el organismo. Estas hormonas siguen las mismas rutas metabólicas, evitando los problemas que producen las moléculas de las hormonas sintéticas que comentamos anteriormente.

Dicho esto, existe una TRH sintética con claros riesgos para la salud, y otra TRH con hormona bioidéntica (también llamada TRHB) con claros beneficios para la salud. Las hormonas bioidénticas disponibles actualmente tienen por nombre estradiol y progesterona y se confunden fácilmente con el estrógeno y las progestinas (recordemos que no son lo mismo y que estas últimas son las hormonas que no son recomendadas para una TRH). Además del estradiol y la progesterona, existen otras hormonas bioidénticas, como la testosterona, la melatonina, la hormona tiroidea, la pregnenolona o la DHEA.

 

¿Existe seguridad de la TRHB en base a la evidencia científica?

Al contrario que con la TRH sintética, cuyo uso sí implicaba los riesgos anteriormente mencionados, ningún estudio sobre TRHB muestra un aumento de riesgo de cáncer con estradiol (el riesgo aumenta con el “estrógeno”, con el que es frecuente confundirlo). Con respecto a la progesterona, ningún estudio en 30 años ha demostrado que tenga efectos negativos en la salud; y en el caso de la testosterona, el estudio de la FDA no demostró infartos ni trombos.

 

Testosterona, estradiol y progesterona

Recientemente se publicó un estudio en JCEM (The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism) que mostraba un vínculo entre niveles bajos de testosterona y una mayor resistencia a la insulina. Además, niveles adecuados de testosterona hacen que disminuya la grasa (en especial la grasa visceral), mejore la densidad ósea y muscular, disminuya el riesgo de Alzheimer y de la placa ateroesclerótica (evitando su progresión), e incluso se ha observado que previene y es coadyuvante en el cáncer de mama. Además, como es bien conocido, la testosterona potencia la libido. Pero es muy importante saber que la testosterona no es una hormona exclusiva del sexo masculino; al contrario: las mujeres se ven igualmente beneficiadas de disfrutar de unos niveles óptimos.

El estradiol y la progesterona también aportan muchos beneficios; los más importantes son: la protección cardiovascular, la regulación del metabolismo de los lípidos, la disminución del riesgo de cáncer de colon, el mantenimiento de los huesos, la conservación del colágeno y muchos efectos positivos a nivel cerebral. Así como la testosterona en los hombres, el estradiol no es exclusivo de las mujeres: en el hombre también tiene beneficios positivos a nivel cardiovascular.

Más allá de los riesgos, hablamos de contraindicaciones y dosificación. Por ejemplo, las contraindicaciones generales para TRHB serían cualquier cáncer que responda a hormonas, algunas alteraciones de la coagulación, fallo hepática o renal, algunos síndromes y enfermedades genéticas, embarazo, planificación de embarazo, lactancia… Cuando hablamos de dosificación, nos referimos a que un exceso en la dosis podría traer síntomas no deseados, como por ejemplo alteración del estado de ánimo, sangrados vaginales puntuales, exceso de libido o caída del cabello, pero no efectos nocivos sobre la salud. Además, estos síntomas tienen solución y son reversibles.

En resumen, podemos decir que todos los estudios con hormonas bioidénticas no muestran riesgos, pero sí beneficios cuando se indican correctamente y existe un seguimiento. Dicho esto, es necesario acudir con un experto para hacer una correcta valoración. No todas las personas obtienen los beneficios de la misma manera y la dosis no está estandarizada, es completamente personalizada.

En Neolife valoramos exhaustivamente a nuestros pacientes, personalizamos cada caso y realizamos un estrecho seguimiento posterior. Somos expertos en Terapia de Reemplazo Hormonal con Hormona Bioidéntica y pioneros en España, donde llevamos más de 10 años aportando beneficios a nuestros pacientes.