Neolife, en El Economista
La popularidad de esta hormona se ha disparado en los últimos años, pero, tal y como explican los expertos, hay una convicción general errónea, como por ejemplo, su efecto somnífero.
Para aclarar el origen y utilidades de esta hormona, hablamos con Esther Anzola, directora de la clínica madrileña antiaging, Neolife, y con el doctor Darío Acuña, catedrático de Fisiología y director médico del Instituto Internacional de la Melatonina […].
“Cuando somos más jóvenes, tenemos mucha melatonina y ese pico [nocturno de melatonina que hace que durmamos bien porque desciende la temperatura corporal] funciona muy bien, pero cuando envejecemos, empezamos a generar menos. A partir de los 30 años, la melatonina empieza a descender entre un 5 y un 10 por ciento al año, por lo tanto, cuando tenemos 50 años generamos solo la mitad de melatonina que generábamos a los 30”, concreta la directora. […]
Pero según explica el doctor Darío Acuña, “no es solo un regulador de los ritmos circadianos, también es un gran antioxidante y antiinflamatorio, es decir, ayuda a prevenir y mantener una buena salud. Regula los ritmos del sueño, metabólicos, endocrinos, de neurotransmisores cerebrales, de división celular y de la función mitocondrial […]. A todo esto, insiste en la necesidad de estar bajo el cuidado y control de un especialista para ajustar el tratamiento según la necesidad de cada persona y los trastornos que sufra.
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