Los alimentos procesados tienen un alto contenido en “azúcares añadidos”, de origen industrial. El jarabe de maíz y el azúcar de mesa son los más utilizados.
El jarabe de maíz alto en fructosa está sustituyendo al azúcar de mesa como edulcorante más utilizado a nivel industrial. Sin embargo, es más perjudicial, pues se relaciona con el desarrollo de diabetes, así como con el aumento de grasa abdominal, triglicéridos, enfermedades metabólicas y enfermedades cardiovasculares.
Tania Mesa – Nutricionista y Enfermera de Neolife
La fructosa, uno de los edulcorantes más utilizados en los alimentos preparados… y también uno de los más perjudiciales.
El azúcar de mesa y el jarabe de maíz son dos edulcorantes muy utilizados para proporcionar un sabor dulce a los alimentos y a las bebidas, pero… ¿es mejor uno que otro?
El azúcar de mesa, también conocido como sacarosa, y el jarabe de maíz alto en fructosa son utilizados como potenciadores del sabor, por su gusto agradable y porque proporcionan energía rápida. Sin embargo, ambos contribuyen negativamente al peso de una persona con “calorías vacías”, es decir, proporcionan muchas calorías y ningún valor nutritivo.
A nivel industrial el azúcar de mesa se está sustituyendo por jarabe de maíz alto en fructosa, por su bajo coste de producción, y porque además de edulcorar los alimentos y las bebidas (potenciando su sabor), aumenta la vida útil de los productos por sus funciones espesantes y humectantes. Además, crea adicción.
Las grandes compañías alimenticias quieren hacer creer que el jarabe de maíz alto en fructosa es mejor que el azúcar de mesa, respaldándose en estudios que acreditan que no afecta al peso y que, por lo tanto, no contribuye a la epidemia de sobrepeso y obesidad. Sin embargo la realidad es bien diferente.
De acuerdo con un estudio publicado en la revista Mayo Clinic Proceedings(1), la fructosa añadida a los alimentos se relaciona con el desarrollo de diabetes (resistencia a la insulina), promoviendo un aumento de grasa abdominal, de triglicéridos y enfermedades metabólicas, que elevan el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. Otros azúcares de la dieta que no contienen fructosa son menos perjudiciales en estos aspectos citados anteriormente.
Evitar los alimentos procesados, la mejor forma de esquivar los “azúcares ocultos”.
Los alimentos y bebidas procesadas tienen poco que ver con los alimentos naturales: por ejemplo, 1 cucharada de salsa de tomate contiene alrededor de 4 gramos de azúcares (aproximadamente 1 cucharada de café) y 1 sola lata de refresco azucarado contiene 40 gramos de azúcares (alrededor de 10 cucharadas de café). Mientras que la sacarosa (azúcar de mesa) contiene un 50% de fructosa y el jarabe de maíz un 65%, un melocotón tan sólo contiene un 1% de fructosa, además de tener en su composición agua, fibra, antioxidantes… las frutas y verduras no solo no representan ningún problema para la salud, sino que, de hecho, son protectoras.
El consumo de los “azucares añadidos” está teniendo un impacto en nuestra salud en términos de morbilidad y mortalidad. Hay que tener en cuenta que la esperanza de vida de los diabéticos tipo II es de 5 a 10 años más corta que los que no tienen esta enfermedad.
La recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) (2) sobre la ingesta de azúcares es que ésta sea de menor del 10% de la ingesta total de energía al día, aunque la OMS sugiere que una reducción del 5% tendría mayores beneficios.
Con el objetivo de conseguir cumplir las recomendaciones de la OMS, en los programas de Medicina Antiaging de Neolife recomendamos una dieta de bajo índice glucémico, evitando los alimentos procesados (que son los que más “azúcares ocultos” llevan), el azúcar blanco, las bebidas azucaradas, el alcohol, la bollería y los embutidos envasados, en la medida de lo posible.
El Cromo y el Magnesio, nuestros aliados contra el azúcar.
Por otro lado, somos conscientes de que ciertos micronutrientes como el Cromo y el Magnesio contribuyen al metabolismo de los azúcares, ayudando a controlar los niveles de azúcar en sangre.
El Cromo se encuentra en alimentos como la levadura de cerveza, granos enteros, muslo y pechuga de pollo, marisco, fruta fresca, vegetales y huevo, entre otros. Pero el cuerpo no lo absorbe fácilmente: sólo lo hace del 2 al 10%, siendo alta su tasa de excreción.
El Magnesio, por su parte, se encuentra en alimentos como frutos secos, cereales, legumbres, levadura de hortalizas y verduras crudas de hoja verde. De lo que ingerimos, solo el 30-40% es absorbido.
La dificultad para obtenerlos a través de la dieta hace que la suplementación nutricional sea de vital importancia. El Multi-Mineral Formula de Neolife contiene 100 microgramos de Cromo y 200 miligramos de Magnesio que ayudan asegurar el aporte diario de estos dos importantes micronutrientes.
BIBLIOGRAFÍA:
- James J., James H., Sean C. “Added fructose, aprincipal driver of type 2 diabetes mellitus and its consequences.
Mayo clinic proceedings. Published online: January 29, 2015. - https://www.who.int/mediacentre/news/notes/2014/consultation-sugar-guideline/en/