Diversos estudios muestran beneficios en ratones y en las primeras fases de estudios clínicos con humanos, así como en enfermos de cáncer.
Entre los posibles beneficios: reducción del volumen de células blancas, consumo de glucosa, grasas y cetonas, reducción de la enzima PKA, reducción del riesgo de recurrencia del cáncer de mama, aumento de la duración del sueño, reducción de los niveles de hemoglobina glicosilada (HbA1c), proteína C-reactiva (PCR) e índice de masa corporal (IMC), pérdida de peso y prevención de la obesidad.
Tania Mesa – Nutricionista y Enfermera de Neolife
Un estudio demuestra que los periodos de ayuno reducen el volumen de células blancas, consumen glucosa, grasa y cetonas y reducen la enzima PKA.
Realizar periodos de ayuno no es algo novedoso: hace años que se habla de la restricción calórica por medio del ayuno intermitente. Y aunque aún no existe demasiada literatura científica que lo avale, según las últimas investigaciones ayunar de forma controlada podría mostrar una amplia gama de beneficios para la salud y el envejecimiento.
Un artículo publicado en la revista Cell Stem Cell (1) desvela que el ayuno intermitente de dos o tres días a la semana en pacientes oncológicos, durante un período de seis meses, contribuye a la regeneración de células madre en la sangre y a la restauración del sistema inmunitario, contrarrestando así los efectos tóxicos de la quimioterapia y del envejecimiento.
La quimioterapia produce muchos efectos secundarios, incluida la merma de las células del sistema inmunitario. Se calcula que más del 20% de las muertes relacionadas con el cáncer se aceleran, o son causadas, por los efectos tóxicos de la quimioterapia. Incluso en ausencia de quimioterapia, el envejecimiento propio del organismo empobrece el sistema inmunitario y provoca ciertas deficiencias que incrementan el riesgo de desarrollar leucemia y otras enfermedades.
Durante la investigación, realizada tanto en ratones de laboratorio como en las primeras fases de pruebas clínicas con seres humanos, se ha demostrado que los períodos de ayuno disminuyen significativamente el volumen de células blancas en la sangre (reciclaje de células inmunes que no son necesarias y están dañadas), fuerzan al organismo a consumir sus reservas de glucosa, grasa y cetonas y reducen la enzima PKA -que según su autor, es el gen clave que debe apagarse para que las células madre pasen a la modalidad regenerativa-.
Según otro estudio, un ayuno superior a 13 horas durante la noche reduce el riesgo de recurrencia del cáncer de mama.
Un reciente estudio publicado en la revista JAMA Oncología (2) relaciona el ayuno nocturno prolongado con la reducción del riesgo de recurrencia del cáncer de mama.
El estudio, llevado a cabo entre 1995 y 2007, analizó datos recogidos de 2.413 mujeres entre 27 y 70 años de edad con cáncer de mama en fase inicial y sin diabetes.
Durante el estudio, los investigadores descubrieron que las mujeres que ayunaron menos de 13 horas cada noche tenían un 36% más de probabilidades de recurrencia de cáncer de mama que aquellas que no habían ingerido alimentos durante 13 horas o más. Sin embargo, el ayuno de un número menor de horas no se asoció con un mayor riesgo de muerte por cáncer de mama o por cualquier otra causa.
Los investigadores también descubrieron que cada aumento de dos horas de ayuno nocturno se asociaba con una mayor duración del sueño y una reducción en los niveles de hemoglobina glicosilada (HbA1c), proteína C-reactiva (PCR) e índice de masa corporal (IMC).
Un estudio con ratones muestra que ayunos de entre 9 y 12 horas podrían reducir la obesidad.
Pero además, el ayuno intermitente también tiene como beneficio la pérdida de peso y la prevención de la obesidad.
Un estudio con ratones publicado en la revista Cell Metabolism (3) sugiere que la limitación del consumo de alimentos durante intervalos de entre 9 y 12 horas, tal y como se hacía hace un siglo, reduciría la incidencia de obesidad en la población mundial.
Dichos investigadores alimentaron alrededor de 400 ratones genéticamente idénticos con diferentes tipos de dietas. Los roedores que fueron sometidos a ayunos que duraban entre 9 y 12 horas ganaron menos peso que los alimentados con una dieta de control, aunque ambos grupos consumieron la misma cantidad de calorías diarias.
En conclusión: el ayuno intermitente podría mejorar la salud, disminuyendo la incidencia de enfermedades crónicas; incluso podría reducir reducir los efectos del envejecimiento y aumentar la esperanza de vida. Sin embargo, si bien la evidencia científica a favor del ayuno intermitente es cada vez más sólida, se necesitan más investigaciones clínicas para probar estos resultados y extrapolarlos a los humanos.
BIBLIOGRAFÍA
(1) Chia-Wei Cheng, Gregor B. Adams, Laura Perin, Min Wei, Xiaoying Zhou, et al. “Prolonged Fasting Reduces IGF-1/PKA to Promote Hematopoietic-Stem-Cell-Based Regeneration anda Reverse Inmunosuppression”. STEMCELL. 2014.
https://www.cell.com/cell-stem-cell/abstract/S1934-5909%2814%2900151-9
(2) Catherine R. Marinac BA, Sandahl H. Nelson, MS ET AL. “Prolonged Nightly Fasting and Breast Cancer Prognosis”. JAMA. 2016.
https://oncology.jamanetwork.com/article.aspx?articleid=2506710
(3) Amandine Chhaix, Amir Zarrinpar, Phuong Miu, Satchidanada Panda. “Time-Restricted Feeding Is a Preventative and Therapeutic Intervention against Diverse Nutritional Challenges“. Cell Metabolism. 2014.
https://www.cell.com/cell-metabolism/abstract/S1550-4131%2814%2900498-7