Suplementos

El uso adecuado de suplementos y los principios activos que no deben combinarse


Si bien los suplementos pueden ser una excelente herramienta para complementar nuestra dieta, no debemos olvidar que tienen efectos sobre nuestra salud y que algunas combinaciones pueden ser contraproducentes si no se usan adecuadamente. 

Es precisamente por ello que deben utilizarse conociendo sus efectos y siendo conscientes de si interactúan negativamente con alguna medicación, enfermedad u objetivo que tengamos en cuanto a nuestro bienestar. 

Estefanía Álvarez – Unidad de Nutrición Neolife


Suplementos nutricionales 

Los suplementos nutricionales son productos diseñados para complementar la dieta y proporcionar nutrientes que pueden no estar consumiéndose en cantidades suficientes a través de los alimentos; de igual forma, también pueden utilizarse con fines terapéuticos para tratar patologías como puede ser dislipemias, patologías digestivas, procesos inflamatorios, entre otras.  

Estos suplementos incluyen una variedad de sustancias como vitaminas, minerales, proteínas, aminoácidos, ácidos grasos, hierbas, probióticos y otros compuestos bioactivos, y no están destinados a reemplazar una dieta equilibrada, sino a apoyar la salud en situaciones específicas, como durante el embarazo, en personas con deficiencias nutricionales, o para mejorar el rendimiento físico y mental.  

Es precisamente por ello que deben utilizarse conociendo sus efectos y siendo conscientes de si interactúan negativamente con alguna medicación, enfermedad u objetivo que tengamos en cuanto a nuestro bienestar. 

suplementos

A continuación, enumeraremos algunos suplementos que pueden interactuar y, por tanto, afectar su absorción y utilidad: 

  • Calcio y hierro. Estos dos minerales son esenciales para el cuerpo, pero tomarlos juntos puede reducir su absorción. El calcio compite con el hierro en los mismos receptores de absorción en el intestino. Por eso, si estás tomando ambos, es mejor separarlos en diferentes momentos del día, idealmente el hierro en ayunas y el calcio en las comidas. 
  • Zinc y cobre. El zinc en altas dosis puede interferir con la absorción de cobre, lo que puede llevar a una deficiencia de este último. Si necesitas suplementar ambos, elige un suplemento balanceado que contenga ambos minerales en las proporciones adecuadas o sepáralos a lo largo del día.
  • Vitamina C y vitamina B12. Algunas investigaciones sugieren que la vitamina C en dosis muy altas puede disminuir la disponibilidad de la vitamina B12 en el cuerpo. Para estar seguro, es mejor consumir vitamina C en un momento distinto al de los suplementos de vitamina B12.

De igual forma, debemos ser congruentes con lo que le damos a nuestro cuerpo. Algunos ejemplos de combinaciones que pueden confundir al funcionamiento de nuestro organismo son: 

  • Omega-3 y anticoagulantes. Los suplementos de omega-3, en especial el aceite de pescado, tienen un efecto anticoagulante leve. Si estás tomando medicamentos anticoagulantes (como warfarina), el uso combinado puede aumentar el riesgo de sangrado. Es fundamental consultar con un médico antes de mezclar estos productos.
  • Ginkgo biloba y anticoagulantes. El ginkgo biloba, que se usa comúnmente para mejorar la circulación y la memoria, también tiene efectos anticoagulantes. Cuando se combina con medicamentos o suplementos que afectan la coagulación, como el omega 3 o aspirinas, puede aumentar el riesgo de hemorragia. 
  • Cafeína y otros estimulantes. Como mencionamos anteriormente, es importante ser coherentes con lo que proporcionamos a nuestro cuerpo. Recientemente, en consulta, hemos observado que muchos pacientes combinan suplementos energizantes con aquellos diseñados para relajación. A continuación, presentaremos una clasificación de estos suplementos para evitar combinaciones inadecuadas y aprovechar al máximo sus beneficios. 

Suplementos para aumentar la energía 

Cuando hablamos de aumentar la energía, nos referimos a esos momentos en los que necesitamos un impulso para nuestras actividades diarias, entrenamientos o incluso para mejorar la concentración. Aquí algunos de los suplementos más comunes en esta categoría: suplementos

  1. Cafeína. Uno de los estimulantes más conocidos, la cafeína actúa sobre el sistema nervioso central, mejorando el estado de alerta y reduciendo la fatiga. Se encuentra en productos como café, té, bebidas energéticas y suplementos en cápsulas. Sin embargo, debe consumirse con moderación, ya que en exceso puede provocar ansiedad, insomnio y taquicardia.
  2. L-Teanina y cafeína. Esta combinación es muy popular porque la L-teanina, un aminoácido presente en el té verde, puede contrarrestar algunos de los efectos secundarios de la cafeína, como la ansiedad y el nerviosismo, mientras mantiene los beneficios de alerta mental. Es ideal para quienes necesitan concentración prolongada sin los efectos negativos de la cafeína pura. 
  3. Coenzima Q10 (CoQ10). Este antioxidante se encuentra de forma natural en las células y juega un papel clave en la producción de energía. Algunas personas experimentan una disminución en sus niveles de CoQ10 con la edad, lo que puede llevar a sentir fatiga. Los suplementos de CoQ10 pueden ayudar a mejorar los niveles de energía, especialmente en personas mayores o aquellas con ciertos problemas de salud.
  4. Creatina. La creatina mejora la producción de energía a corto plazo, lo que puede ser especialmente útil para actividades de alta intensidad. Aumenta la capacidad del cuerpo para producir ATP (la principal molécula de energía), permitiendo un mejor rendimiento físico.

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  1. Vitaminas B. Las vitaminas del complejo B, especialmente la B12 y la B6, son esenciales para la producción de energía celular. Si bien no proporcionan un impulso inmediato como la cafeína, una deficiencia de estas vitaminas puede causar fatiga y falta de energía. 

Suplementos para el descanso y la relajación 

Por otro lado, hay momentos en los que lo que más necesitamos es relajarnos, aliviar el estrés o prepararnos para un sueño reparador. Aquí te presento algunos de los suplementos más efectivos para favorecer el descanso y la relajación: 

  1. Melatonina. La melatonina es una hormona natural que regula el ciclo del sueño. Suplementar con melatonina puede ser útil para quienes tienen dificultades para conciliar el sueño o para quienes experimentan cambios en su ciclo de sueño debido a viajes o trabajo por turnos. La dosis debe ajustarse para no alterar el ritmo natural del sueño. 
  2. Magnesio. El magnesio es un mineral esencial que juega un papel importante en la relajación muscular y en el sistema nervioso. Ayuda a reducir el estrés y a mejorar la calidad del sueño, especialmente en personas con deficiencia. Formas como el magnesio glicinato o citrato son las más recomendadas para promover el descanso.
  3. Ashwagandha. Esta hierba adaptógena ha sido utilizada durante siglos en la medicina ayurvédica por sus efectos relajantes. Ayuda a reducir los niveles de cortisol, promoviendo una sensación de calma y bienestar. 
  4. Valeriana. La valeriana es conocida por sus propiedades sedantes suaves. Se utiliza comúnmente para tratar el insomnio y la ansiedad, promoviendo un sueño más profundo y reparador. Aunque es eficaz, es importante no combinarla con otros sedantes sin supervisión médica.
  5. L-Triptófano y 5-HTP. Estos aminoácidos son precursores de la serotonina, un neurotransmisor que influye en el estado de ánimo y el sueño. Al aumentar los niveles de serotonina, pueden mejorar la calidad del sueño y ayudar a combatir el insomnio relacionado con el estrés o la ansiedad.  

En conclusión, el uso de suplementos puede ser una herramienta valiosa para apoyar la salud y mejorar el bienestar, siempre que se utilicen de manera consciente y responsable. Es esencial conocer los posibles efectos de cada suplemento y evitar combinaciones que puedan ser contraproducentes. Como hemos visto, algunas interacciones pueden reducir la eficacia o incluso causar efectos negativos en nuestro cuerpo. Consultar a un profesional de la salud antes de combinar suplementos o incorporarlos a la rutina diaria es clave para aprovechar al máximo sus beneficios y evitar riesgos innecesarios.