Hpylori

Helicobacter pylori: causas, síntomas y métodos de diagnóstico para una mejor salud digestiva


Helicobacter pylori, comúnmente abreviada como H. pylori, es una bacteria en forma de espiral que habita en el estómago humano. Descubierta en 1982 por los científicos Barry Marshall y Robin Warren, esta bacteria se ha asociado a diversas enfermedades gastrointestinales, principalmente úlceras pépticas y gastritis crónica.

De hecho, H. pylori es uno de los pocos microorganismos que puede sobrevivir en el entorno altamente ácido del estómago, gracias a su habilidad para neutralizar el ácido gástrico mediante la producción de una enzima llamada ureasa. 

David Baeza – Unidad de Nutrición y Enfermería Neolife


H. pylori 

La bacteria se ha adaptado para vivir en el ambiente ácido del estómago mediante un mecanismo único: convierte la urea presente en el estómago en amoníaco, lo cual crea un microambiente más alcalino que permite su supervivencia. Además, la forma espiral de H. pylori le permite moverse fácilmente a través del moco gástrico y adherirse a las células epiteliales del estómago, evitando así ser expulsada por los mecanismos de defensa naturales del cuerpo. 

Esta bacteria es uno de los principales factores causantes de enfermedades gástricas. Al adherirse a las células del estómago, H. pylori provoca inflamación crónica (gastritis), que puede progresar a úlceras pépticas y, en algunos casos, aumentar el riesgo de desarrollar cáncer gástrico. De hecho, la Organización Mundial de la Salud clasifica a H. pylori como un carcinógeno de clase I, dado su papel en el desarrollo de este tipo de cáncer. 

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Se estima que aproximadamente el 50% de la población mundial está infectada con H. pylori, aunque no todas las personas desarrollan síntomas o enfermedades asociadas.

¿Cómo se produce el contagio?

La transmisión de Helicobacter pylori ocurre principalmente de persona a persona y es común en ambientes con condiciones higiénicas deficientes. Existen dos vías principales de contagio: 

  • Transmisión oral-oral: este tipo de transmisión se produce cuando las bacterias presentes en la saliva o en la cavidad oral de una persona infectada pasan a otra persona. Es más común en contextos familiares o entre personas que comparten utensilios de comida, vasos, o incluso al besar. Esto es particularmente frecuente en niños, que pueden adquirir la infección de otros miembros del hogar que ya están infectados. 
  • Transmisión fecal-oral: la infección también puede ocurrir cuando una persona consume agua o alimentos contaminados con heces que contienen H. pylori. En áreas con saneamiento deficiente y problemas en el suministro de agua potable, la propagación de la bacteria a través de esta vía es más prevalente. Esto se debe a la facilidad con la que la bacteria puede sobrevivir en el agua y en superficies contaminadas. 

Síntomas y signos de alerta 

La infección por Helicobacter pylori puede ser asintomática en muchos casos, pero cuando se presentan síntomas, suelen estar relacionados con el malestar digestivo. Estos síntomas son el resultado de la inflamación que la bacteria provoca en el revestimiento del estómago y el duodeno. Algunos de los síntomas más comunes incluyen: 

  • Uno de los síntomas más comunes es el dolor en la parte superior del abdomen, especialmente cuando el estómago está vacío. Este dolor puede ser intermitente y generalmente se alivia al comer o tomar antiácidos. 
  • Las personas infectadas pueden experimentar episodios de náuseas, especialmente por la mañana. En algunos casos, los vómitos también son frecuentes.
  • La inflamación del estómago puede causar una sensación de plenitud o hinchazón después de comer, incluso después de consumir cantidades pequeñas de alimentos. 
  • La presencia de H. pylori puede afectar el apetito y llevar a una pérdida de peso no intencionada, como consecuencia de la incomodidad que produce al comer. 

Síntomas de alarma: 

En algunos casos, la infección por H. pylori puede provocar complicaciones más graves, y es importante reconocer los síntomas de alarma que requieren atención médica inmediata: 

  • La presencia de sangre en el vómito puede indicar una úlcera sangrante. 
  • Melenas: esto sugiere sangrado en el tracto gastrointestinal superior, lo cual puede ser un signo de úlcera o gastritis grave. 
  • Anemia: la anemia sin causa aparente puede ser una señal de pérdida de sangre interna, relacionada con una úlcera. 
  • Dolor abdominal: si el dolor es severo y constante, puede ser un indicador de una úlcera perforada o una complicación más seria de la infección. 

Pruebas diagnósticas para detectar Helicobacter pylori: 

La detección de H. pylori es fundamental para un diagnóstico preciso y para determinar el tratamiento adecuado. Existen varios métodos de diagnóstico que ayudan a identificar la presencia de la bacteria, cada uno con sus propias ventajas según el contexto y las necesidades del paciente. Entre los más comunes se encuentran:

  • Test de aliento (urea espirada): este es uno de los métodos de diagnóstico más utilizados y no invasivos para detectar H. pylori. El test mide el dióxido de carbono en el aliento del paciente después de que haya ingerido una solución con urea marcada. H. pylori produce una enzima que descompone la urea en amoníaco y dióxido de carbono, lo que permite detectar su presencia mediante el análisis de la muestra de aliento. Este procedimiento es rápido, preciso y conveniente, y está disponible en Neolife para aquellos pacientes que deseen una evaluación inmediata y cómoda.
  • Pruebas de antígeno en heces: la detección de antígenos de H. pylori en las heces es otra prueba no invasiva que permite identificar una infección activa. Este método es útil tanto para el diagnóstico inicial como para verificar la erradicación de la bacteria tras el tratamiento, ya que es altamente sensible y específica. 
  • Análisis de sangre (serología): la serología permite detectar anticuerpos contra H. pylori en la sangre, lo cual indica que el paciente ha estado en contacto con la bacteria. Sin embargo, este método no siempre es el más efectivo para diagnosticar una infección activa, ya que los anticuerpos pueden permanecer en el organismo incluso después de que la bacteria haya sido erradicada. 
  • Endoscopia con biopsia: la endoscopia es el método más preciso, pero también el más invasivo, para diagnosticar H. pylori. Durante el procedimiento, se inserta un tubo con una cámara a través de la boca hasta el estómago para observar el revestimiento gástrico. Se toma una muestra de tejido (biopsia) que luego se analiza para detectar la presencia de H. pylori. Este método se recomienda especialmente en casos donde los síntomas son severos o si se sospecha de complicaciones, como úlceras o cáncer gástrico. 

¿Cuándo hacerse la prueba? 

Se recomienda realizar pruebas para H. pylori si se experimentan síntomas persistentes de malestar digestivo, especialmente en personas con antecedentes familiares de enfermedades gástricas. En Neolife, contamos con el test de aliento, que ofrece resultados rápidos y confiables. Es ideal para aquellos que buscan una solución práctica y efectiva para detectar esta infección. 

Ahora ya conocemos qué es Helicobacter pylori, cómo se transmite, los síntomas que provoca y las pruebas más eficaces para su diagnóstico. ¿Qué os parece si en la próxima newsletter profundizamos en los tratamientos innovadores y naturales, incluyendo opciones herbolarias y suplementación para mejorar la salud digestiva? 

También exploraremos cómo proteger la mucosa gástrica, qué alimentos favorecer y cuáles evitar, además de estrategias clave para prevenir recaídas. ¡Estad atentos para aprender a cuidar vuestro sistema digestivo de manera completa y efectiva! 


BIBLIOGRAFÍA

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