La migraña no es cualquier tipo de dolor de cabeza. Suele ser una patología muy invalidante que afecta notablemente a nuestra calidad de vida. Su valoración y tratamiento tienen que ser cuidadosos e individualizados.
El abanico de tratamientos farmacológicos disponibles es muy amplio (pero hay que considerar también sus efectos adversos). Hay evidencias de que el tipo de dieta y la suplementación son elementos dignos de consideración, que actuarían dentro de la prevención de los ataques migrañosos.
Dra. Celia Gonzalo Gleyzes – Equipo Médico Neolife
Acerca de la migraña
La migraña es un trastorno que afecta a más del 12% de la población general. Ocurre con más frecuencia en mujeres. Existen tres grandes tipos: la migraña sin aura (la más común), con aura y la crónica (episodio de 15 días o más al mes durante más de tres meses). Cada categoría engloba numerosos subtipos.
Hay familias con varios individuos afectados, lo que sugiere alguna base genética implicada.
Padecer migraña implica que vayamos a tener ataques recurrentes. En cada episodio se identifican cuatro fases: los pródromos, el aura, la cefalea (dolor de cabeza, en este caso de tipo palpitante localizado de forma hemicraneal) y el postpródromo. Los síntomas van a variar de una persona a otra (alteraciones visuales, somatosensoriales, verbales, etc.).
Los factores desencadenantes por orden de frecuencia son: estrés, hormonas en mujeres, no comer, clima, trastornos del sueño incluido la presencia de SAOS, perfume u olor, dolor de cuello, luz, alcohol, humo, acostarse tarde, calor, comida, ejercicio y actividad sexual.
Es posible que en la primera valoración por el neurólogo se solicite una prueba de imagen cerebral para descartar otras patologías. Los tratamientos propuestos pueden indicarse para la prevención y la reducción de la frecuencia de los ataques o para controlar la fase aguda de dolor (1).
Como novedad, citaremos el fármaco Galcanezumab (Emgality®), es un anticuerpo monoclonal humanizado que inhibe la actividad fisiológica del péptido relacionado con el gen de la calcitonina (CGRP). En ensayos de fase 3, las dosis recomendadas de galcanezumab subcutáneo una vez al mes fueron significativamente más eficaces que el placebo como terapia preventiva en adultos con migraña episódica o crónica, incluso en pacientes en los que habían fallado varios medicamentos preventivos de migraña. Hasta 1 año se mantuvieron los efectos beneficiosos del tratamiento preventivo de galcanezumab en la reducción del número de días mensuales de cefalea por migraña (MHD) y en la mejora de la calidad de vida relacionada con la salud (HR-QOL). Aunque se requieren más pruebas del entorno clínico para determinar su perfil de seguridad a largo plazo, el galcanezumab mensual representa una importante opción futura para la prevención de la migraña episódica y crónica (aura) y de la cefalea en racimos (otra entidad) (2).
Dentro de las medidas no farmacológicas está la evitación de los desencadenantes como por ejemplo, la falta de sueño, el cansancio, el estrés y algunos alimentos. Otros especialistas utilizan incluso técnicas de terapia cognitivo conductual.
Dietas de eliminación
Esta “dieta” consiste en eliminar alimentos que puedan desencadenar los ataques migrañosos (triggers). Dentro de los alimentos que podrían serlo, citamos: el chocolate, los cítricos, las nueces, el helado, el tomate, la cebolla, los productos lácteos, el alcohol, el café, la cafeína, el glutamato monosódico (potenciador de sabor utilizado con más frecuencia en la comida asiática), la histamina, la tiramina, la feniletilamina, los nitritos, el aspartamo, la sucralosa y el gluten.
La lista es larga y hay que considerar otros factores como la susceptibilidad individual (genética), la cantidad, el tiempo de exposición a la substancia, etc.
El paciente tiene que elaborar un cuidadoso registro de sus ataques migrañosos e intentar establecer coincidencias/asociaciones con algunos de estos elementos para anticiparse y así evitar/limitar el consumo de dichas substancias.
Dietas “antimigrañas”
Una reciente revisión de la literatura encontró que dietas como la cetogénica, la rica en folatos, la baja en grasas, la Atkins modificada, la rica en omega 3 y baja en omega 6, podían tener efectos beneficiosos. También se citó la Mediterránea, pero con menos evidencias.
La dieta cetogénica y la Atkins modificada parecen tener efectos a nivel de neuroprotección, mejoran la función mitocondrial, compensan la disfunción serotoninérgica, disminuyen los niveles de CGRP y eliminan la neuroinflamación.
Las dietas de bajo índice glucémico son útiles en caso de migraña, disminuyen el estado inflamatorio.
El interés de las dietas ricas en omega 3 radica en la reducción de la respuesta inflamatoria y en la regulación del tono vascular.
El aporte de sodio debería considerarse según el tipo poblacional, es decir, una dieta baja en sodio puede beneficiar a pacientes ancianos con hipertensión, y una dieta que aporte más sodio, sería apropiada en pacientes con comorbilidades tipo síndrome de taquicardia postural o en pacientes con hipotensión con índice de masa corporal bajo.
Dieta epigenética
Existen dietas cuyas dianas terapéuticas son estructuras celulares (por ejemplo, las mitocondrias) y moléculas (el ADN). Hardy y Tollefsbol introdujeron el concepto de “dieta epigenética” para explicar qué factores del entorno como la alimentación, podían tener un efecto sobre la expresión de genes del paciente (epigenética). Se ha estudiado que la metilación de ciertos genes se asociaba con la migraña.
El folato (vitamina B9), involucrado en la metilación del ADN, parece beneficioso en la prevención de migrañas.
La cetosis altera funciones celulares mediante mecanismos epigenéticos, esta dieta se considera efectiva en caso de migraña. En las publicaciones disponibles hasta ahora, se relaciona elevados niveles de homocisteína con un riesgo aumentado de migraña. La producción de homocisteína requiere folato y vitaminas (B6 y B12). Un déficit de estos elementos lleva a una hipometilación del ADN y la hipótesis es que esto, podría desencadenar la aparición de migrañas.
Eje intestino-cerebro y probióticos
La migraña se acompaña con frecuencia de síntomas gastrointestinales (náuseas, vómitos, dispepsia y alteraciones del tránsito intestinal). Algunos estudios asocian la migraña a la enfermedad inflamatoria intestinal y a la celiaquía.
Si nos centramos en el eje intestino-cerebro y en su relación bidireccional, podemos plantear que hay afecciones neurológicas y del comportamiento que dependen de la microbiota.
En cuanto a la migraña, apoyándonos en la hipótesis del aumento de la permeabilidad intestinal, substancias proinflamatorias llegarían al sistema trigémino vascular y actuarían como desencadenante. Los estudios actuales no son bastante potentes y homogéneos para poder afirmar que los probióticos son eficaces en pacientes con migraña.
Algunas modificaciones dietéticas van a tener un efecto beneficioso sobre la microbiota intestinal: consumo apropiado de fibra, dietas de bajo índice glucémico, suplementación con vitamina D y omega 3, dietas veganas bajas en grasas, dietas sin gluten, probióticos y dietas para perder peso. Investigadores han demostrado la asociación entre migrañas y obesidad, reportando mejoría clínica tras la pérdida de peso.
Precaución con los nutracéuticos
En la migraña se han utilizado siempre una serie de nutracéuticos: 5-HTP, vitaminas, magnesio, coenzima Q10 y preparados de hierbas (matricaria y petasita).
No obstante, la suplementación debe ser supervisada por un médico, se han descrito casos de daño hepático tras consumo de petasita.
En los casos de pacientes con migraña, recordaremos que el médico debe siempre aplicar el SEEDS (Sleep, Exercise, Eat, Diary and Stress), es decir, ayudar al paciente a mejorar su calidad de descanso, fomentar la actividad física, proponer un dieta adecuada, explicar que el registro de eventos y desencadenantes es crucial y plantear medidas para luchar contra el estrés (3).
BIBLIOGRAFÍA
(1) Pathophysiology, clinical manifestations, and diagnosis of migraine in adults UpToDate
(2) A Review in the Prevention of Migraine and Treatment of Episodic Cluster Headache. Scott, L.J. Drugs (2020). https://doi.org/10.1007/s40265-020-01329-5
(3) Migraine and Diet. Parisa Gazerani, Laboratory of Molecular Pharmacology, Department of Health Science and Technology, Faculty of Medicine, Aalborg University, 9220 Aalborg East, Denmark Nutrients2020, 12(6), 1658; https://doi.org/10.3390/nu12061658 Published: 3 June 2020