No todos los órganos envejecen de la misma forma y a igual velocidad, en esta ocasión te hablamos de la piel, ya que es el órgano que envejece de forma más precoz.
Con el paso de los años, la piel sufre diferentes cambios, entre ellas, una pérdida funcional, atrofia de las capas que la componen, disminución del flujo sanguíneo y aumento de tiempo de recambio celular, lo cual produce diferentes manifestaciones clínicas.
Dr. César Montiel – Equipo Médico Neolife
Dermatoporosis
El envejecimiento biológico es definido como el proceso de cambio del organismo a lo largo del tiempo que disminuye la probabilidad de supervivencia y reduce la capacidad fisiológica de autorregulación, reparación y adaptación a las demandas ambientales. No todos los órganos envejecen de la misma forma y a igual velocidad, la piel es el órgano que envejece de forma más precoz (1).
Cuando el envejecimiento de la piel se produce de forma prematura se produce un síndrome clínico que se denomina dermatoporosis o insuficiencia crónica de la piel (4), el cual hace referencia al estado en el que la piel se vuelve más frágil y delgada, pudiendo llegar a romperse e, incluso provocar un hematoma disecante profundo en estadios avanzados. Se produce por la disminución selectiva del queratinocito CD44, un receptor transmembrana del ácido hialurónico.
Con el paso de los años, la piel sufre una pérdida funcional, con atrofia de las capas que la componen, disminución del flujo sanguíneo y aumento de tiempo de recambio celular (2), produciéndose las siguientes manifestaciones clínicas recogidas en la tabla 1 (3).
Existen factores externos que pueden acelerar este proceso, como la exposición a radiaciones ultravioleta A y B, el abuso de corticosteroides (tanto vía tópica como sistemática), el tratamiento con anticoagulantes, la insuficiencia renal o el déficit de vitamina C o zinc (2).
Clasificación y Evolución
En función de su origen, se clasifica en primaria (o patológica), relacionada con la predisposición genética; y secundaria (o iatrogénica), en relación con tratamientos prolongados con corticoides (5). Los signos clínicos precoces aparecen entre los 40 y 60 años y se caracterizan por la aparición de arrugas, excoriaciones superficiales y cambios estructurales en la piel; sin embargo, es entre los 70 y 90 años cuando se manifiesta de forma más evidente (5,6). El grado de evolución se clasifica en función de los signos que presenta (Tabla 2)(2).
Las manifestaciones clínicas son la púrpura senil, como marcador en etapas tempranas, atrofia cutánea, pseudocicatrices estelares, laceraciones y la aparición de hematoma profundo discante en etapas avanzadas (5). La púrpura senil o púrpura de Bateman, es un signo clásico de foto envejecimiento caracterizado por lesiones purpurinas como petequias o equimosis debido a una atrofia de la dermis (7).
Estas lesiones se localizan en las zonas más frecuentemente expuestas al sol, como los antebrazos, dorso de la mano, tórax, cuero cabelludo y miembros inferiores, siendo estos últimos la región donde se producen más comúnmente hematomas desecantes (5).
Alcance de la dermatoporosis
La prevalencia de la dermatoporosis es variable entre los países europeos, según investigaciones previas, que la sitúan entre el 21 y 38%. Estudios realizados en consulta de dermatología refiere una prevalencia del 30,7% entre los mayores de 60 años (9). El riesgo de desarrollar dermatoporosis aumentó significativamente entre los pacientes con tratamientos crónicos con corticosteriodes orales y tópicos y entre aquellos que presentaban insuficiencia renal crónica grave.
Prevención
La prevención primaria de la dermatoporosis es el pilar más importante para el manejo de esta entidad, desde Neolife recomendamos la reducción de la exposición a factores extrínsecos, como la radiación ultravioleta, la contaminación, el tabaco y fármacos como los corticosteroides tópicos y sistémicos (7). Una exposición prolongada a la luz ultravioleta ha demostrado un agotamiento de la vitamina C fotoprotectora, que acelera el envejecimiento (7). Por ello, se debe instruir en la importancia y necesidad de establecer medidas de fotoprotección, reduciendo la exposición solar en las horas centrales del día y utilizando protectores solares, tanto físicos (prendas de manga larga y pantalones) como químicos (protectores solares con factor de protección elevado) (6).
Investigadores defienden la importancia de reconocer de forma precoz la dermatoporosis y el abordaje individual de las laceraciones, ya que esta entidad clínica supone un enlentecimiento de la cicatrización y, sin un abordaje apropiado, pueden evolucionar a heridas crónicas complejas. Motivo por el cual en nuestros Chequeos incluye los factores de riesgo que pueden influir en la integridad tisular, basándose en el estado general, movilidad y estado de la piel; principalmente los signos clínicos en antebrazos, región pretibial y dorso de las manos.
Por ultimo, no se debe olvidar la importancia de mantener una adecuada alimentación. Una baja ingesta de proteínas se asocia con una disminución de la función inmune, con peor cicatrización y una mayor fragilidad cutánea.
Tratamiento, prevención y complicación
El tratamiento de la dermatoporosis obtiene mayores beneficios en estadios precoces (7). Para ello se propone la hidratación de la piel y la administración tópica de retinoides, ácido hialurónico, vitaminas C y E, y emolientes (2).
Las complicaciones de la dermatoporosis constituyen un problema emergente entre la población mayor. Las laceraciones cutáneas son desgarros causados por traumatismo cerrado, como resultado de la fragilidad externa. Además, el proceso de cicatrización está más enlentecido (5). Sin embargo, la complicación más grave de la dermatoporosis constituye el hematoma desecante profundo, que se produce como resultado de un sangrado masivo inducido por traumatismo de vasos sanguíneos frágiles y envejecidos entre la fascia muscular y el tejido subcutáneo (7).
BIBLIOGRAFÍA
(1) Millán-Calentí JC. Gerontología y geriatría: valoración e intervención [Internet]. Editorial Médica Panamericana; 2011 [citado 19 de abril de 2020]. Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/libro?codigo=710483
(2) Llatas FP, Frau RB, Salvador AS, López NP, Salcedo NP, Marín MM, et al. Prevalencia de envejecimiento cutáneo crónico (dermatoporosis) en ancianos institucionalizados de centros sociosanitarios de valencia. Enferm Dermatol. 2019;13(38):48-54.
(3) Branco CC. Envejecimiento de la piel y las mucosas: Fundamentos clínicos y enfoque integral. Madrid: Editorial Médica Panamericana; 2010. 152 p.
(4) Kaya G, Saurat J-H. Dermatoporosis: A Chronic Cutaneous Insufficiency/Fragility Syndrome. Dermatology. 2007;215(4): 284-94.
(5) Kaya G, Kaya A, Sorg O, Saurat J-H. Dermatoporosis, a prevalent skin condition affecting the elderly: current situation and potential treatments. Clin Dermatol. 2019;37(4):346-50.
(6) Dyer JM, Miller RA. Chronic Skin Fragility of Aging: Current Concepts in the Pathogenesis,Recognition, and Management of Dermatoporosis. J Clin Aesthetic Dermatol. 2018;11(1):13-8.
(7) Wollina U, Lotti T, Vojvotic A, Nowak A. Dermatoporosis – The Chronic Cutaneous Fragility Syndrome Maced J Med Sci. 2019;7(17):3046-9.