La metformina trata la diabetes tipo 2, previene el cáncer, frena el envejecimiento y alarga la vida.
Para probar sus efectos en la prevención de las enfermedades relacionadas con el proceso de envejecimiento, recientemente la FDA ha aprobado la realización de un gran estudio en humanos con metformina, denominado TAME (Targering Aging with Metformin), algo así como “abordando el envejecimiento con metformina”.
Dirección médica de Neolife
Existen diversos fármacos que intentan lograr una indicación probada como tratamiento Antiaging, siendo la metformina el mejor posicionado para lograrlo.
Hasta hace pocos años el interés de la farmaindustria por los tratamientos antienvejecimiento ha sido muy limitado. Sin embargo en la última década muchas de las grandes firmas farmacéuticas con patentes registradas se han interesado por hacer estudios para valorar el efecto de sus fármacos más allá de aquello para lo que fueron concebidos: su posible efecto antienvejecimiento.
Sólo son unos pocos fármacos los que han entrado en esta carrera por la búsqueda de la eterna juventud: las estatinas, usadas en el tratamiento de la hipercolesterolemia; el ácido acetil salicílico (Aspirina, Adiro), usado como antiinflamatorio, analgésico y antiagregante planetario; la rapamicina, un antibiótico; y la metformina, el fármaco por excelencia para el tratamiento de la diabetes tipo 2. Imagínense que cualquiera de estos fármacos obtuvieran una indicación aprobada como tratamiento antiaging, ¡lo podría tomar todo el mundo! Pues bien, parece que hay expectativas consistentes en los resultados de algunos estudios realizados y la metformina va a la cabeza de esta singular carrera, especialmente por la larga experiencia y demostrada seguridad en su uso.
La metformina es un viejo conocido y barato fármaco, descubierto por el Dr. Eusebio García en Filipinas en la década de los 40 para tratar la malaria y que, como efecto secundario, producía una bajada de los niveles de glucosa. Su revelación como fármaco hipoglucemiante para la diabetes se produce 10 años después, siendo aprobado en el Reino Unido en 1957. Su aprobación en EE.UU. por la FDA se retrasa hasta 1994. En 2002 expiró su patente, por lo que hoy en día se fabrica y vende como un fármaco genérico barato.
La metformina, a examen: se estudiará en 3000 personas su efecto preventivo de enfermedades y sobre la longevidad.
Recientemente la metformina ha recabado la atención de los medios de comunicación por la aprobación de la FDA para la realización de un gran estudio en humanos sobre sus efectos en la prevención de las enfermedades relacionadas con el proceso de envejecimiento (1). Este efecto ya se ha demostrado en animales de laboratorio y el interés por su replicación en humanos es máximo, cosa impensable hace 20 años, aunque algunos visionarios, como los científicos de la Fundación Life Extension, ya lo decían entonces (2).
El estudio comenzará a realizarse el próximo invierno. Se denomina TAME (Targering Aging with Metformin), algo así como “abordando el envejecimiento con metformina” y pretende ver los efectos antiaging en una muestra de 3000 personas de entre 70 y 80 años. Se analizará su efecto preventivo de enfermedades y sobre la longevidad. Las implicaciones clínicas y socioeconómicas de un resultado positivo en el estudio TAME serán de gran magnitud.
En realidad no es que la metformina actúe directamente en los procesos moleculares íntimos del envejecimiento. Lo que hace es prevenir las clásicas enfermedades relacionadas con el proceso de envejecimiento como la diabetes (3), el cáncer (4), la enfermedad cardiovascular (5) o la demencia. La metformina mejora la actividad de la enzima AMPK, lo cual simula los efectos de la restricción calórica, una de las pocas actuaciones demostradas para alargar la vida. Pero su principal efecto es suprimir la producción de glucosa en el hígado y aumentar la sensibilidad de los receptores celulares de la insulina.
Al parecer los efectos preventivos y antienvejecimiento de la metformina se obtienen con dosis de 1 a 2 gramos diarios, si bien dosis más bajas de en torno a medio gramo mejoran los biomarcadores del metabolismo hidrocarbonatado.
Pero mientras se obtienen más evidencias científicas de los efectos antienvejecimiento de la metformina y la aprobación para este uso por parte de la FDA, podemos usar algunos suplementos nutricionales como la berberina con capacidad de activar la AMPK al igual que la metformina y de inhibir el FN-KappaB con efectos anticancerígenos. La berberina es un alcaloide activo que está presente en una gran variedad de plantas orientales y de Canadá, utilizado en la medicina tradicional china en el tratamiento de la diabetes, las infecciones y los problemas gastrointestinales (6).
En la clínica antiaging Neolife prescribimos metformina cuando el metabolismo de los hidratos de carbono no es óptimo.
¿Qué hacemos en Neolife al respecto? Si bien es tentador prescribir la metformina como un fármaco antienvejecimiento (cosa que ya hacen muchos de nuestros colegas norteamericanos en la Age Management Medicine), nuestro criterio a la espera de los resultados del estudio TAME es prescribirla en dosis bajas, de 0,5 a 1,5 gramos diarios, cuando no somos capaces de colocar en valores de excelencia los biomarcadores del metabolismo de los hidratos de carbono (glucosa, hemoglobina glicosilada, insulina e índice HOMA-IR) mediante la dieta y el ejercicio, siempre y cuando no haya una contraindicación formal para su prescripción (enfermedad hepática, renal o respiratoria), la glucosa sea menor de 80 mg/dL y se toleren los escasos efectos secundarios gastrointestinales.
BIBLIOGRAFÍA