Buscamos olores agradables en nuestros perfumes, cosméticos, ambientadores, productos de limpieza… Pero, ¿nos hemos parado a pensar qué contienen estos perfumes y qué efectos pueden tener sobre nuestro organismo y salud?.
¿Activistas anti-perfumes o defensores de la aromaterapia, dónde posicionarse? Algunos componentes se han clasificado como disruptores endocrinos, otros como carcinógenos o tóxicos ambientales, pero lo cierto es que también se han descrito efectos beneficiosos de ciertas moléculas en el sistema nervioso central.
Dra. Celia Gonzalo Gleyzes – Equipo Médico Neolife
El perfume, compañero del hombre a través de los siglos, para bien o para mal.
El metabolismo del ser humano genera olores desagradables a través del sudor, de la grasa (glándulas sebáceas) y de la respiración. Si los analizamos desde un punto de vista bioquímico, esos olores se componen de ácidos grasos, esteroides, aminoácidos y aminas biógenas.
Desde los inicios, el hombre siempre ha intentado disimularlos o atenuarlos. Las culturas antiguas han utilizado perfumes, estos podían provenir de mezclas de plantas (flores, hojas, frutas, resinas, semillas, cortezas etc.) o de glándulas animales (almizcle, algalia, ámbar gris etc.). Para facilitar la absorción y el manejo se han utilizado aceites (oliva, almendra, coco, semillas de uva etc.).
Receta secreta
Muchas veces no hay manera de averiguar los componentes del perfume que sólo aparecen como “fragance o “parfum”, es lo que se denomina “secreto comercial” para limitar la imitación. Es una pena, nos ocultan todas las moléculas empleadas (buenas o malas) y las concentraciones. En algunas ocasiones sí que podremos ver un listado de nombres.
Era de la química
Como hemos explicado, antes se utilizaban componentes exclusivamente naturales, pero desde el desarrollo de la química esto ha cambiado. A veces se hace para mejorar la estabilidad y evitar la oxidación del perfume. Por otro lado, algunos fabricantes recurren a la utilización de agentes de fijación, colorantes y conservantes como el alcohol, los parabenos, el fenoxietanol, la metilisotiazolinona, el sulfato de níquel, etc.
Los perfumes nos rodean, los encontramos en los perfumes de ambiente de las tiendas, en nuestro gel, en nuestro coche, en nuestro detergente, en nuestro desodorante, en el incienso, en las velas…
Investigadores alertan sobre los posibles efectos dañinos de los compuestos de las fragancias. Podrían alterar circuitos hormonales, ser responsables de patologías como la depresión o el autismo, ciertos tipos de cáncer (cáncer de próstata y de mama), endocrinopatías (ginecomastia), daño hepático etc.
Los ambientadores (o velas o incienso) deterioran la calidad del aire de nuestras casas, se emiten centenares de compuestos orgánicos volátiles tóxicos (VOCs) como el limonene, el alpha y beta-pinene, etanol, acetona, etc.
Compuestos presentes en algunos perfumes
La mayoría de los compuestos de las fragancias pertenecen a una de las tres familias: ftalatos, almizcles sintéticos y sensibilizadores.
- Ftalatos
Son ésteres del ácido ftálico, tienen numerosas aplicaciones y en perfumería se utilizan para mejorar la fijación del perfume (que dure más), empleándose el dimetilftalato (DMP) y el dietilftalato (DEP).
Los ftalatos se consideran como disruptores endocrinos y pueden afectar a la densidad mineral ósea, a la calidad espermática, a contribuir al desarrollo de la obesidad…
En niños, el DEP y el DMP se relacionan con alteraciones conductuales y del desarrollo.
En ensayos con animales adultos se observó que la exposición a dichas substancias podía llevar a la apoptosis (muerte) de neuronas en el hipocampo.
2. Almizcles sintéticos
Son substancias químicas olorosas de síntesis. El almizcle natural proviene de una secreción de una glándula del ciervo almizclero.
Las categorías de almizcles sintéticos son: almizcles nitrogenados, policíclicos, macrocíclicos y alicíclicos. Las dos últimas categorías serían algo más seguras.
Numerosos almizcles nitrogenados son carcinogénicos y tienen actividad estrogénica (uso prohibido o restringido, pero una vez más, si los componentes de nuestro perfume no están detallados será difícil identificarlos).
El almizcle ambrette es de la clase de los nitrogenados, puede provocar debilidad en extremidades y desmielinización periférica.
El galoxide y el tonalide (almizcles policíclicos) inhiben una enzima específica (PMPMEasa), predisponiendo a los individuos a problemas degenerativos.
3. Sensibilizadores
Estos compuestos se refieren a substancias que son capaces de producir reacciones alérgicas en tejidos no alterados tras exposiciones repetidas.
Como veremos a continuación, están presentes en plantas (aceites esenciales):
- Citral: presente en los cítricos. Puede provocar problemas cutáneos, hiperplasia benigna de próstata, inhibir la síntesis del ácido retinoico y en modelos animales, modificar comportamientos.
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Linalool: presente en la lavanda, actividad estrogénica y antiandrogénica, cuidado con la utilización en niños, podría provocar problemas como la ginecomastia.
Acciones beneficiosas: neuroprotección a través de vías antioxidantes y antiapoptóticas, propiedades anticonvulsivas, anxiolíticas y antinociceptivas (control del dolor).
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Limonene: olor a limón, la exposición a este compuesto provocaría efectos sedantes, anxiolíticos, antinociceptivos y antioxidantes. Se describe además la neuromodulación del sistema GABAérgico, adrenérgico y dopaminérgico.
Estos son unos ejemplos, la lista es larga, el geraniol, el citronellol, el eugenol, el farnesol también van a tener diversos efectos, desde anticonvulsivos, anestésicos (antes se utilizaba el clavo) a antiinflamatorios (1).
Por supuesto, dichos efectos, dependerán de las concentraciones, vías de administración y pautas, pero dejan un campo interesante para su utilización. Algunos laboratorios ya lo hacen (véase Pranarom con sus cápsulas para la relajación).
Patologías relacionadas con los perfumes
- Efectos sobre el sistema nervioso
Intensos olores pueden provocar dolores de cabeza e incluso migrañas. También se postula una influencia sobre el riesgo de depresión en base a que los componentes aromáticos (algunos) tienen un efecto similar a los de los pesticidas, alterando secreciones hormonales y afectando a los neurotransmisores.
La piel y los órganos humanos tienen numerosos receptores de olores (aproximadamente 400). Las moléculas de olor exógeno se unen a estos receptores olfativos pertenecientes a la familia de receptores acoplados a proteínas G (GPCR). Estas proteínas receptoras se expresan en las superficies celulares incluyendo la de las neuronas.
Las neuronas olfativas con receptores específicos también expresan receptores de estrógenos, lo que explica el vínculo entre el olfato y las hormonas sexuales. En modelos animales, se ha descubierto que el olfato influye en comportamientos sociales como el comportamiento solitario o gregario. El órgano vomeronasal, la región vascularizada del sistema olfativo interactúa con péptidos u hormonas esteroideas, modulando las actividades conductuales.
- Piel e hipersensibilidad de las vías aéreas
Algunos perfumes pueden producir alergias de contacto o asma. Se habla de fotosensibilidad con algunos compuestos como con el aceite de bergamota, la exposición a los rayos solares produce foto activación liberando componentes tóxicos que además pueden provocar hemólisis.
Perfumar con incienso no es una buena idea, el humo generado por la combustión libera gases tóxicos como el CO, CO2, NO2, SO2, benceno, tolueno, xilenos, aldehídos e hidrocarburos aromáticos policíclicos. Es evidente que podría constituir un factor de riesgo para el cáncer de pulmón.
- Cáncer de mama y ovario poliquístico
Fragancias con compuestos con actividad estrogénica (parabenos, ftalatos y almizcles nitrogenados) podrían ser carcinógenos para la mama. Resumiendo la vía metabólica: actuarían favoreciendo la actividad aromatasa, enzima que permite la conversión de los andrógenos en estrógenos. También se relaciona con hiperplasia del tejido mamario y síndrome del ovario poliquístico (seguramente que la producción de la progesterona endógena no llega contrarrestar los efectos del estradiol).
Una alta actividad de la aromatasa induce la producción de factores de crecimiento (TGF-beta, EGF y bFGF).
- Alteraciones en el feto y en el neonato.
Algunos aromas sintéticos (como el almizcle nitrogenado) son substancias lipofílicas, es decir que pueden absorberse y acumularse dentro del tejido adiposo corporal, alcanzando incluso la leche materna para luego pasar al bebé lactante. Estudios en animales muestran el alzmicle sintético podría provocar problemas en el crecimiento.
Otro estudio relaciona anomalías genitales en neonatos (testículo no descendidos, pene no cerrado -hipospadias-) con exposición a compuestos como los ftalatos presentes en los cosméticos.
Numerosas investigaciones destacan que muchos perfumes provocan una neuromodulación fetal (a pesar de estar en el vientre materno).
Se postula que la exposición a químicos (vía trasplacentaria o por leche materna) podría contribuir a enfermedades como el autismo (patología que presenta alteraciones en el sistema de neuronas espejo de la región parieto-frontal).
- Toxicidad hepática
Los almizcles policíclicos que han alcanzado el torrente sanguíneo llegan al hígado y pueden bloquear ciertas actividades enzimáticas, alterando los sistemas de detoxificación del organismo. Se pueden entonces dar casos de hepatitis con elevación de transaminasas (igualmente descrito con exposiciones a tolueno, utilizado en perfumes y en tintes) (2).
Recomendaciones
El olor a limpio empieza por la correcta higiene y la ventilación (tan importante en tiempos del Covid), que nos evitará la inhalación de otras substancias tóxicas. Evitemos la combustión (inciensos que generan partículas), pongamos plantas (con flores perfumadas o no), desechemos las velas aromáticas y los difusores de perfumes de ambiente que podrían contener almizcles sintéticos. Seleccionemos nuestros perfumes (de buena calidad o con componentes no nocivos) y no abusemos de cosméticos perfumados (riesgo de sinergia entre varias moléculas). Y, por último, como en la alimentación, leamos etiquetas y sigamos informándonos, el conocimiento está en constante evolución.
BIBLIOGRAFÍA
(1) Pinkas A, Gonçalves CL, Aschner M. Neurotoxicity of fragrance compounds: A review. Environ Res. 2017 Oct;158:342-349. doi: 10.1016/j.envres.2017.06.035. Epub 2017 Jul 3. PMID: 28683407.
URL: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/28683407/
(2) Patel S. Fragrance compounds: The wolves in sheep’s clothings. Med Hypotheses. 2017 May;102:106-111. doi: 10.1016/j.mehy.2017.03.025. Epub 2017 Mar 22. PMID: 28478814.
URL: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/28478814/