El principal factor de riesgo para la mayoría de las enfermedades crónicas que nos afligen en ese último tercio de la vida es la edad. El primer paso es cambiar nuestras creencias respecto al envejecimiento.
Hoy en día ya hay planes de tratamiento que han demostrado disminuir la aparición de enfermedades y mejorar la esperanza de vida libre de enfermedad. El fundamento de estos es trabajar de una forma intensiva y personalizada en cinco pilares: ejercicio, nutrición, suplementación avanzada, optimización hormonal y descanso y estrés oxidativo.
Dr. Iván Moreno – Equipo Médico Neolife
La verdadera enfermedad es el envejecimiento
Si bien hace unas semanas profundizamos en los mecanismos que hay detrás del envejecimiento, en esta ocasión vamos a ver cuáles son las posibles soluciones que ya se están investigando y de las que hablaremos (y con suerte nos beneficiaremos) en los próximos años.
A medida que se van conociendo los mecanismos que hay detrás del envejecimiento se están desarrollando nuevas líneas de investigación, que están comenzando a dar resultados ya en animales de experimentación y de forma más inicial en humanos.
Una de las preguntas que con más frecuencia se plantea es si vamos a ser capaces de llegar a ver todos estos avances en Antienvejecimiento. Los llamativos titulares de la prensa clásicamente se refieren a descubrimientos de ciencia básica que muchas veces tardan años en llegar a los humanos (si es que lo consiguen). Lo cierto es que la distancia entre los titulares y los tratamientos reales cada vez se va acortando más, ya que el desarrollo de la ciencia médica (al igual que de otras muchas) está adquiriendo una velocidad exponencial.
El ineludible reto sanitario del siglo XXI será la prevención de las enfermedades crónicas. El mantenimiento del actual sistema, que se dedica a tratar y paliar las consecuencias de las enfermedades crónicas es insostenible a medio-largo plazo.
El principal factor de riesgo para la mayoría de las enfermedades crónicas que nos afligen en ese último tercio de la vida es la edad. Por eso trabajar para evitar una enfermedad no funciona como enfoque, ya que solo conseguimos tiempo para desarrollar otra. Es como pelear con un monstruo mitológico con muchas cabezas, pero un solo ser.
La verdadera enfermedad es el envejecimiento, la pérdida de nuestros mecanismos de regulación y regeneración que hacen que aparezcan las enfermedades en diferentes sitios. Lo que venimos conociendo como enfermedades son en muchos casos consecuencias particulares del mismo problema de raíz.
Esta nueva concepción nos aboca a dos realidades:
- La evaluación del problema debe ser global, pero nos encontramos con un sistema sanitario que atiende al sujeto de forma fragmentada.
- La investigación y tratamientos deben ir orientados a los mecanismos que causan el envejecimiento.
Aunque la investigación en este campo ha empezado no hace mucho y hay muchos frentes abiertos, la importancia del reto está haciendo que una miríada de instituciones, universidades, empresas y emprendedores se vuelquen en encontrar estas soluciones.
No solamente son muchas las personas y entidades que están investigando en este campo, sino que lo hacen apoyados cada vez en herramientas más potentes:
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Los nuevos modelos animales reproducen la biología humana con más fidelidad.
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La inteligencia artificial permite investigar nuevas moléculas sin necesidad de probarlas primero en animales: es la evolución de la clásica investigación “in vitro” a la investigación “in silico” (en chip).
Líneas de investigación
A continuación, vamos a presentar algunas de las líneas de investigación y su importancia:
Transfusiones sanguíneas: aunque parezca algo rescatado de la edad media, lo cierto es que si le das las transfusiones sanguíneas de individuos más jóvenes a individuos más ancianos, se ha demostrado en animales de laboratorio que mejora la funcionalidad y estructura de múltiples tejidos, entre ellos el cardiaco y el cerebral. Al parecer se debe a toda una serie de factores estimuladores presentes en la sangre, que se está tratando de identificar para poder emplear de forma efectiva y segura en humanos.
Restricción calórica: desde hace años es conocido que en las zonas del planeta donde la ingesta es más reducida hay más personas centenarias. Reconocido también que desde las levaduras hasta los primates todas las especies viven más cuando se restringen las calorías ingeridas un 30% hasta el punto de aumentar una Esperanza de Vida lo que equivaldría a 26 años en humanos. Recientemente hay varios estudios en los que este efecto se da también en humanos. Es cierto que mantener una restricción calórica en el tiempo es muy difícil, pero hay patrones de dietas y algunas moléculas que simulan este efecto a nivel celular.
Moléculas como la metformina, la rapamicina y sus derivados: tienen efecto sobre todas las vías metabólicas con las que nuestro cuerpo se relaciona con los nutrientes, y son una línea de trabajo muy prometedora que ya ha mostrado aumento de la supervivencia en animales de laboratorio y reducción de la aparición de tumores.
Las sirtuinas: nuestro cuerpo bien equipado con sistemas para reparar el daño que el paso del tiempo y la exposición a factores de riesgo produce en nuestras células. Las sirtuinas son la familia de proteínas que se encargan de reparar el ADN; el problema es que esta reparación es muy costosa en términos de energía, pues consumen NAD+(2). A medida que vamos cumpliendo años cada vez tenemos menos cantidades de esta molécula. En los estudios en los que se ha conseguido estimular este sistema se ha comprobado un retraso en la aparición de las enfermedades asociadas al envejecimiento. Se han intentado diferentes sistemas hasta ahora, siendo el más conocido de ellos los polifenoles (3). El problema con los polifenoles es que no son suficientemente potentes. Actualmente se está investigando con la suplementación de NAD+ y NMN (4), con resultados prometedores.
Senolíticos: uno de los problemas que hacen que los tejidos se desvitalicen es que las células ancianas que ya no son capaces de realizar su función no se autodestruyen, como habitualmente están programadas. La acomodación de estas células mal funcionantes hacen que el tejido no funcione bien y aparezcan las enfermedades. Cuando se eliminan estas células del tejido, este se regenera llamativamente. Se están investigando métodos para eliminar de forma segura estas células mediante ingeniería genética, con resultados positivos hasta la fecha.
Telomerasa: los telómeros son los extremos de nuestros cromosomas; tienen una función protectora y regulan la expresión del mismo, pero con cada división celular se van acortando. Cuando llegan a un punto crítico, las células dejan de poder dividirse y regenerarse, lo que causa la aparición de enfermedades. Existe una enzima que puede alargarlos, la telomerasa. Ya se ha comercializado un fármaco, el TA-65, que ha mostrado cierto efecto arreglando los telómeros, aunque todavía con resultados modestos (5). Esta línea de trabajo promete unos resultados fascinantes y hay nuevas moléculas en estudio con hasta 1000 veces más potencia. Otra forma de activar este sistema es incorporando un gen especialmente diseñado en las células, lo que ha mostrado recientemente -en estudios dirigidos por la doctora María Blasco- un aumento hasta un 20% de supervivencia en ratones (6).
Células madre: la investigación en este campo se ha desarrollado ampliamente y a día de hoy se está consiguiendo convertir células normales en células madre. Ya hay estudios en los que se ha mostrado que la inyección de estas celulas puede ayudar a la recuperación de un corazón tras un infarto. Futuras líneas de investigación pasan por regenerar las células beta pancreáticas (la curación de la diabetes) y mejorar el estado inmunitario, articular, pulmonar, etc.
Desacoplamiento mitocondrial y grasa parda: las mitocondrias son la maquinaria que convierte los nutrientes que ingerimos en energía; el desacoplamiento mitocondrial supone quemar estos nutrientes sin aprovechar la energía, esto es, produciendo calor, lo que supone una vía de escape para ese exceso de calorías que consumimos y que podría tener los efectos beneficiosos de la restricción calórica sin la dificultad de su aplicación. La regeneración de la grasa parda que todos teníamos en la infancia y nos ayudaba a mantener la temperatura, así como diferentes fármacos que permiten desacoplar el funcionamiento emisor mitocondrial, son líneas de trabajo prometedoras en este ámbito.
Horméticos: la capacidad de mantenimiento adecuado del organismo dentro de sus valores normales de temperatura, presión arterial, glucemia, etc. (homeostasis), se va perdiendo con la edad. Un hayazgo sorprendente es que un efecto nocivo de baja intensidad promueve un beneficio, permitiendo al cuerpo ser más capaz de regenerarse y mantenerse los niveles adecuados. Se está estudiando cómo los estímulos de temperaturas extremas, alteraciones en el patrón de la comida, ayunos y otros factores pueden ser de ayuda.
Trasplante de órganos bioidénticos: cuando nuestros órganos han fallado irremediablemente una opción es el trasplante. En el futuro el trasplante no tendrá la limitación de disponibilidad de órganos o rechazo a los mismos, ya que se está desarrollando la tecnología para hacer crecer órganos bioidénticos en animales con ingeniería genética, o incluso “imprimir en 3D” órganos con células madre.
El futuro es prometedor.
Una gran parte de la biomedicina está dándose cuenta de que la verdadera medicina pasa por la prevención, mediante la corrección de estos mecanismos deletéreos para nuestro organismo. La velocidad a la que el conocimiento científico avanza nos da motivos de esperanza para pensar que podemos beneficiarnos de algunos de estos remedios en un futuro próximo.
Mantener un enfoque vanguardista, conocer el futuro de esta disciplina y revisar las novedades de forma crítica es parte de la filosofía de Neolife. Pero hay que comenzar a trabajar ya. No podemos fiarlo todo a la aparición de un hipotético remedio que nos permita vivir 30 años más. Hemos de centrarnos en estar en la mejor versión de nosotros mismos cuanto antes, en conseguir y mantener un gran estado de salud que permita retrasar la aparición de enfermedades.
El primer paso es cambiar nuestras creencias respecto al envejecimiento. El envejecimiento es un proceso “plástico” que podemos acelerar o ralentizar, no es inamovible, sino que depende mucho de nosotros. El segundo paso es ser consecuente con nuestro deseo de estar mejor, cambiar de actitud y ponernos en marcha.
Hoy en día ya hay planes de tratamiento que han demostrado disminuir la aparición de enfermedades y mejorar la esperanza de vida libre de enfermedad. El fundamento de estos es trabajar de una forma intensiva y personalizada en cinco pilares: ejercicio, nutrición, suplementación avanzada, optimización hormonal y descanso y estrés oxidativo. En Neolife nos basamos en una valoración global, rigurosa y proactiva para crear planes personalizados de salud que te ayuden a mejorar desde ya mismo.
ILUSTRACIONES
(1) Gráfico en open acces, cortesía de la revista Current Biology, extraída del artículo “Ageing as a Risk Factor for Disease”.
(2) Hercules y la Hidra, jarrón expuesto en el J. Paul Getty Museum, imagen en Wiquimedia Commons, licencia creative commons.
(3) Adaptado del gráfico en open-access por cortesía de la revista Cell, extraída del artículo “The Hallmarks of Aging”.
BIBLIOGRAFÍA
(1) López-Otín C, Blasco MA, Partridge L, Cell MS, 2013. The hallmarks of aging. Elsevier. 2013 Jun;153(6):1194–217.
(2) Imai S, biology LGTIC, 2014. NAD+ and sirtuins in aging and disease. Elsevier. 2014 Aug;24(8):464–71.
(3) Rajman L, Chwalek K, Sinclair DA. Therapeutic Potential of NAD-Boosting Molecules: The In Vivo Evidence. Cell Metabolism. Elsevier Inc; 2018 Mar 6;27(3):529–47.
(4) Yoshino J, Baur JA, Imai S-I. NAD+ Intermediates: The Biology and Therapeutic Potential of NMN and NR. Cell Metabolism. Elsevier Inc; 2018 Mar 6;27(3):513–28.
(5) Salvador L, Singaravelu G, Harley CB, Flom P, Suram A, Raffaele JM. A Natural Product Telomerase Activator Lengthens Telomeres in Humans: A Randomized, Double Blind, and Placebo Controlled Study. Rejuvenation Research. 2016 Dec;19(6):478–84.
(6) Povedano JM, Martinez P, Serrano R, Tejera A, Gómez-López G, Bobadilla M, et al. Therapeutic effects of telomerase in mice with pulmonary fibrosis induced by damage to the lungs and short telomeres. Elife. 2018 Jan 30;7:185.
(7) Jim Mellon and Al Chalabi. Juvenescence: Investing in the Age of Longevity. First Edition, Fruitful Publications (2017).