Un reciente estudio publicado en JAMA concluye que incentivar económicamente tanto a médicos como a pacientes mejora el cumplimiento de los tratamientos prescritos.
El estudio consistía en comprobar el cumplimiento de tratamientos prescritos para bajar los niveles de LDL-colesterol (colesterol malo) de pacientes con elevado riesgo de enfermedad cardiovascular. El grupo en que tanto médico como paciente fueron incentivados logró reducir en 12 meses un 36% más el nivel de colesterol malo (LDL) que el grupo de control no incentivado (34 mg/dL frente a una reducción de 25 mg/dL).
Dirección médica de Neolife
¿Necesitamos incentivos para lograr una conciencia saludable o es más que suficiente la recompensa de mantener una buena salud y calidad de vida?
Sabemos que la medicina que practicamos, la Age Management Medicine o Medicina Preventiva Antiaging, despierta el interés de un pequeño porcentaje de la población, por ahora. Generalmente la mayoría de las personas que se interesan por nuestros servicios y tratamientos tienen un alto nivel de “conciencia saludable” y buenos estilos de vida, o por lo menos lo intentan. Son receptivos a adoptar nuevas actitudes que redunden en su estado de salud y bienestar y demandan una gran cantidad de información para poder tomar sus propias decisiones: es decir, son proactivos. Sin embargo, hay un altísimo porcentaje de personas desinteresadas en cuidar su salud y escépticas en los consejos y tratamientos que les proponemos. Algunos todavía ponen en duda que el ejercicio sea bueno para la salud o que el tabaco sea nocivo. Se conocen los mecanismos psicológicos de autodefensa o autojustificación para no adoptar una actitud saludable: una copita de vino al día es buena (al final es media botella), hacer demasiado ejercicio te oxida (¡pero si no te levantas del sillón!), todo me engorda aunque no como nada, no está científicamente demostrado que…, etc.
La cuestión entre los profesionales de la salud que nos dedicamos a promover buenos estilos de vida y tratamientos preventivos es qué podemos hacer para que estas personas, que sufren las consecuencias de sus malos hábitos de vida y se autojustifican, puedan cambiar. Esta es una cuestión del ámbito de la psicología difícil de abordar y con un bajo porcentaje de éxito. Es muy difícil convertir un “poor life styler” en un “health conscious”. Pero no debemos tirar la toalla y dar por perdidos estos casos. Procuramos que nuestros clientes poco a poco vayan adoptando actitudes saludables como hacer un desayuno correcto, caminar un poco más o tomar algunos suplementos nutricionales. Casi todos los que son “no saludables” van haciendo pequeños cambios que redundan positivamente en su salud y que podemos confirmar en los análisis de control. Es muy importante celebrarlo, dar valor a los logros alcanzados para reforzar su nueva actitud saludable. Igualmente es recomendable marcar objetivos razonables a corto y medio plazo y vigilar el cumplimiento del programa. Por lo general en los tratamientos antiaging de Neolife hacemos controles analíticos de los biomarcadores alterados cada 3-6 meses, aunque algunos biomarcadores como el peso o el porcentaje de grasa pueden llegar a medirse cada 15 días y otros como la longitud de los telómeros o el calcio de las coronarias (score cálcico) se realizan cada 1-2 años. Cada paciente y cada biomarcador tiene sus tiempos.
Un reciente estudio prueba que los incentivos económicos son un poderoso aliado para la consecución de objetivos de salud.
En esta línea nos ha llamado la atención un reciente estudio publicado en JAMA (1) y financiado por el National Institute on Aging, sobre el efecto del incentivo económico en médicos y pacientes norteamericanos a la hora de conseguir objetivos de salud. Se trataba de ver si un incentivo económico podría motivar al médico y al paciente a cumplir con el tratamiento prescrito para bajar los niveles de LDL-colesterol (colesterol malo) de este último. El incentivo económico para los médicos era de 1.024$ por cada uno de sus pacientes que alcanzara el objetivo personal de LDL-colesterol y el incentivo para los pacientes fue de la misma cantidad, además de jugar a un ingenioso sistema de lotería interna en el que podría ganar un premio si había tomado la pastilla del día anterior. Se estudió a 304 médicos de familia y a 1.
503 de sus pacientes con elevado riesgo de enfermedad cardiovascular, que se dividieron en cuatro grupos:
- Controles: no se les ofreció incentivo.
- Incentivo para el médico.
- Incentivo para el paciente.
- Incentivo para el médico y el paciente.
La disminución media de los niveles de LDL-colesterol a los 12 meses de comenzar el estudio fue de 25 mg/dL para el grupo control, de 28 mg/dL para el grupo del médico incentivado, de 25 mg/dL para el grupo de paciente incentivado y de 34 mg/dL para el grupo de médico y paciente incentivados. Por tanto el mejor cumplimento del tratamiento fue para el grupo en el que se incentivó tanto al médico como al paciente. Los autores del estudio reconocen que este tipo de estrategias pueden no ser económicamente viables a corto plazo, pero quizás el ahorro en intervenciones médicas costosas en un futuro sí compense la inversión inicial en incentivos.
Desde Neolife creemos que este tipo de estrategias resultan al menos llamativas en nuestro entorno socioeconómico, pero no dejan de ser un motivo de reflexión. De los resultados del estudio se podría concluir que uno cuida su propia salud si gana dinero y que el médico pone mayor interés en la salud de sus pacientes si gana más dinero. No obstante, preferimos pensar que somos capaces de asumir actitudes saludables con la única y no despreciable recompensa de mantener una buena salud y calidad de vida.
BIBLIOGRAFÍA
(1) Asch, D. Troxel, A, Stewart, W, et al. “Effect of Financial Incentives to Physicians, Patients, or Both on Lipid Levels, A Randomized Clinical Trial”. JAMA. 2015;314(18):1926-1935. doi:10.1001/jama.2015.14850.
https://jama.jamanetwork.com/article.aspx?articleid=2468891