Neolife, en SModa – El País.
Se suministra e inyecta para rejuvenecer la fortaleza y el buen ánimo. Los hombres de alto poder adquisitivo parecen ser los más interesados en el tema.
Esta proteína, fabricada por la glándula pituitaria, estimula el crecimiento de buena parte del organismo: células, huesos, músculos… Su carencia, en edades tempranas, encoje: no permite alcanzar la talla diana (o altura probable según la herencia genética) y puede llegar a traducirse en enanismo. Con la edad, el organismo aminora su producción.
El frenazo se produce a los 20 años, al desencadenarse una caída del 4% anual. «Luego lo hace a un ritmo de un 2%. Resultado: entre los 30 y 50 años, puede haberse reducido en un 40%», aclara el equipo médico de la clínica Neolife.
Reputación dudosa. La tiene por varias razones: «Los medios han frivolizado sobre el tema; han centrado su consumo solo entre actores o cantantes famosos y le han dado una connotación exclusiva relacionada con lo prohibido. No cuestiono que uno pueda sentirse más carismático o energético inyectándosela, pero de ahí a sentirse diez años más joven o a dejar de tener canas… Es mejor centrarse en la literatura científica, que sí que ha demostrado sus beneficios en adultos», plantean desde Neolife.