La ausencia de actividad física ha sido reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como uno de los factores que más se asocian con un aumento de la mortalidad en nuestra sociedad. El Ejercicio es uno de pilares que se incluyen en nuestros programas y consideramos clave dentro de los hábitos de vida.
En Neolife se realiza asesoramiento acerca de tóxicos a:
Aquellas personas que por sus hábitos de vida están sometidos a unos niveles elevados de tóxicos: tabaco, alcohol, manipulación de sustancias tóxicas etc.
Aquellas personas que deseen evitar en la medida de lo posible los riesgos asociados a los tóxicos que nos rodean en nuestro día a día: contaminación, alimentos, tóxicos en nuestro entorno.
La respuesta es afirmativa y esta va a producirse mediante diferentes vías de exposición: oral (a través de la ingesta), tópica (por la piel) o por inhalación.
Entre los tóxicos más típicos encontramos los metales pesados. Nuestro organismo es capaz de eliminar parte de estos metales fundamentalmente a través del hígado, pero en algunos casos -bien por deficiencias en nuestro cuerpo, bien por exceso de dichos metales- nuestro organismo no se puede deshacer de ellos correctamente, llegando en algunos casos, aacumularse, lo que provoca alteraciones neurológicas, síntomas como el cansancio, alteraciones hematológicas como anemia y también fallo hepático o incluso cáncer.
No sólo preocupa acumular plomo, mercurio o cadmio, sino que una persona puede además exponerse al asbesto en su lugar de trabajo (responsable del cáncer de pleura) o a las aminas aromáticas (parafenilendiamina –PPD–, 4-aminobifenilo…, componentes presentes en tintes relacionadas con el cáncer de vejiga).
Una de las formas más habituales de exposición a tóxicos son las intoxicaciones alimentarias.
Las intoxicaciones por alimentos son infecciones o irritaciones del tracto gastrointestinal provocadas por cualquier alimento o producto alimenticio que, por contener sustancias tóxicas, gérmenes, metales, aditivos, hormonas…, provocan una intoxicación.
El efecto tóxico puede manifestarse o no: dependerá del tipo de tóxico y de la cantidad y la frecuencia de consumo del alimento contaminado. Puede haber desde intoxicaciones graves y agudas -que son detectables en un periodo de tiempo corto-, hasta intoxicaciones crónicas que no producen un efecto a corto plazo, pero sí que nos afectan y repercuten a lo largo del tiempo (pueden ser responsables de mutaciones en el ADN, llegando a la formación de tumores malignos).
Limitar los hábitos tóxicos -como el tabaquismo, el exceso de alcohol y el consumo de drogas- permite ganar años y calidad de vida.
El abuso de estas substancias favorece la aparición de enfermedades, tales como cáncer, hipogonadismo (atrofia testicular) y problemas hepáticos, gástricos o neurológicos (encefalopatía de Wernicke, Korsakov…).
Actualmente se investiga acerca de los efectos perjudiciales de otras moléculas, llamadas disruptores endocrinos, presentes en numerosos productos de nuestra vida cotidiana. Estas afectan sobre todo a las secreciones hormonales (alteración del eje tiroideo, aparición de pubertad precoz…) y al sistema nervioso, e incluso pueden inducir la aparición de ciertos tumores. La combinación, aunque sea de pequeñas cantidades, de estas diferentes moléculas, puede tener un efecto sinérgico (potenciación del efecto negativo sobre el organismo).
Es imprescindible saber identificarlos para evitar entrar en contacto con ellos, ya que se pueden encontrar fácilmente en nuestro entorno (cosméticos, productos de limpieza, objetos, etc.).
Muchas veces tenemos los alérgenos identificados (pólenes, alimentos, metales, epitelios de animales…), pero no siempre es así. Conviene saber qué productos de nuestro día a día pueden contenerlos, ya que muchos de ellos ni siquiera los sospechamos. Por ejemplo, la metilisotiazolinona y el fenoxietanol –que pueden provocar dermatitis de contacto- es posible que estén presentes en cremas, champús, pinturas… Estas moléculas se utilizan porque son biocidas y tienen propiedades conservantes.
Los aceites esenciales también deben utilizarse con precaución; algunos pueden provocar manchas en la piel tras la exposición solar (aumento de la fotosensibilidad).
Un consejo a la hora de elegir cosméticos: evitar los que tengan una extensa lista de componentes.
En Neolife, las intervenciones que nos permitirán identificar diversos problemas en relación con los tóxicos pasan por una colaboración entre médicos y dietistas, la historia clínica (y los hábitos descritos en esta), los biomarcadores y la exploración física.
Por una parte, nuestro equipo de nutrición asesora a nuestros clientes para prevenir estas posibles intoxicaciones por alimentos: enseñamos a nuestros clientes a almacenar, cocinar, limpiar y manipular correctamente los alimentos, evitando alimentos ultraprocesados y priorizando escoger materias primas de calidad. Y por otra, explicamos las consecuencias que tienen los tóxicos en el organismo y la manera de limitarlos (empleo de hormonas y fármacos cuando fuese necesario, refuerzo positivo e indicación de pruebas diagnósticas si sospecha de enfermedades secundarias a exposición de tóxicos).
El objetivo principal de Neolife es trabajar en la salud preventiva de cada persona de forma global. Para ello nuestros profesionales analizan los diferentes factores de salud del paciente, es decir, la nutrición, el descanso, el estrés, el ejercicio, la suplementación nutricional, el estilo de vida y el equilibrio metabólico-hormonal, todos ellos pilares fundamentales en Neolife con el fin de actuar de forma conjunta.
En Neolife todos los pacientes recibenprescripciones personalizadas de mejora de sus hábitos de vida: adaptamos la sustitución hormonal a cada etapa de la vida, para optimizar la salud y prevenir enfermedades derivadas de los déficits hormonales asociados al envejecimiento; elaboramos rutinas y pautas adaptadas de entrenamiento y ejercicio físicos; realizamos un asesoramiento acerca de la reducción o supresión de tóxicos…
Revisión continua de los programas de ejercicio, salud conductual y detoxificación propuestos. Las prescripciones no son estáticas, sino que evolucionan con el programa a lo largo del tiempo, y se deben mantener, intensificar o reducir en función de parámetros objetivos y medibles.
El análisis de los hábitos de vida de nuestros clientes y las prescripciones de programas de mejora de estos hábitos se realiza de forma conjunta desde el área Médica y el área de Nutrición, en colaboración con especialistas en otras disciplinas, como son el deporte y la salud conductual.
Nuestro equipo médico lleva muchos años acumulando conocimiento acerca de la Age Management Medicine. En Neolife estamos a la vanguardia de lainvestigación que se realiza sobre el proceso de envejecimiento a nivel mundial, tanto en lo relativo a las causas como a los posibles factores que podría contrarrestarlo o limitarlo.
Asumimos que cuando hablamos de la modificación de los hábitos de vida, nos enfrentamos a casos donde existen factores físicos y psicológicos muy relevantes. Esto implica acompañar al paciente en el proceso, orientarlo y motivarlo en la búsqueda de unos objetivos saludables.
Sinónimo de volver a una buena calidad de vida que nos permita ser más eficientes en nuestro día a día.
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Por otra parte, las intoxicaciones pueden durar entre unas horas y varios días, así como manifestarse a diferentes niveles: visual, gastrointestinal, neurológico, cutáneo...
Existen infinidad de tóxicos, algunos de ellos todavía desconocidos. Estos tóxicos pueden ser:
Cualquier persona puede sufrir una intoxicación por alimentos, pero ciertas poblaciones son más vulnerables que otras:
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